A poco más de un año de la trágica muerte del motociclista sanjuanino Alberto “Wey” Zapata en una competición de motocross, un grupo de sanjuaninos pintó un conmovedor mural en su honor. Fue en el mismo cementerio de Rawson, lugar donde descansas sus restos.
El encargado de producir el mural artístico fue Lucas Aguirre, quien además dirigió la obra que contó con los artistas Leandro Martín Molina, Matías Alcaraz y Teo Aguirre. Según contó Aguirre a Diario La Provincia SJ, la iniciativa nació de la mano de Pablo Rodríguez, un allegado a la familia del motociclista. “El Wey era entrenador de sus hijas. Un grupo cercano, quienes lo estimaban mucho, quería hacer algo para homenajearlo y había logrado que en el cementerio de Rawson les diera un lugar. Querían que nosotros le hiciéramos un mural, ya que se cumplía un año más de su nacimiento”, comentó Lucas.
“Ellos no quisieron que los padres del Wey se enteraran del valor económico del mural. Por eso se ocuparon de todo, de buscarnos, contactarnos y pagarnos. Fueron a hablar en el cementerio, porque por nuestras ocupaciones, a veces trabajamos por la noche”, contó. Además, agregó que “la idea del mural era mostrar la vida del Wey, que estuvo atravesada por el motocross o la competencia, porque es algo para lo cual él se preparó toda la vida. Se lo ve desde muy chiquitito, hasta su última foto como ganador que es la imagen central. Me parece que lo que gustó era eso. No era una imagen sola, sino que está compuesta por varias imágenes que muestran distintas edades o etapas de la vida del Wey”.
En ese sentido, añadió que “ellos querían que se hiciera este mural y como la misa la iban hacer el 24, nos dijeron que estaba buenísimo si se podía ver el trabajo terminado. Empezamos la semana anterior al 24, un martes y el sábado al mediodía, ya lo teníamos listo. Nos pasamos ahí esos cuatro días, hasta que lo definimos”, relató el joven quien destacó que “todos ahí sabían los que estábamos haciendo así que había mucho respeto. Siempre había alguien mirando y escuchábamos anécdotas de las personas que nos contaban lo que significó el Wey en sus vidas”.
La mamá del Wey también los visitó, y, según comentó Lucas, “nos trajo la llave del mausoleo porque debían guardar los materiales. La conocía por fotos y es una persona muy noble, humilde y serena. Eso me llamó la atención. La mujer con mucha grandeza habló muy alegremente de quien era su hijo y contó muchas anécdotas de él”. El mural tiene 7 metros de ancho por 4 de alto y cuenta con 4 figuras muy reconocibles del deportista sanjuanino.