El martes Tomás Holder anunció que iba a alejarse de las redes sociales por un tiempo, ya que no la estaba pasando bien y sufría ataques de pánico. Pero los malos momentos siguen para el ex Gran Hermano: su madre contó preocupada que el rosarino comenzó a consumir pastillas.
Gisela Gordillo, mamá de Holder, en diálogo con Mañanísima, el programa de Carmen Barbieri, contó que está preocupada por su hijo porque desde que salió de la casa más famosa del país cambió rotundamente y estaría consumiendo estupefacientes.
Qué dijo la madre de Tomás Holder sobre la situación de su hijo
“Está muy mal, empezó con consumo de pastillas en fiestas electrónicas, a partir de enero. Yo me di cuenta por un video que él sube, donde lo vi distinto y le pregunté si había tomado algo. Me di cuenta en su historia que él estaba diferente”, detalló la mujer angustiada.
Al mismo tiempo, contó como era Tomás antes de ingresar a Gran Hermano y el contraste con la actualidad: “Tomy era un pibe que comía sano, que entrenaba, que cuidaba a sus hermanos, hoy en día, ya no come más sano, no entrena”. Además, detalló: “La semana pasada el hermanito le pidió que fuera a su cumpleaños en un club de barrio, acá en Rosario y todos los pibes se le tiraron encima de la alegría, pero ahí yo empecé a ver que respiraba mal. Se pudo quedar media hora nada más y se fue”.
“Después volvió a Buenos Aires con toda esa junta de gente más grande, y me llamó un amigo de él para decirme que Tomy vive de joda, que se junta con gente que no es buena”, señaló Gisela. De la mano con esto, la exposición sobrepasó al joven de 22 años, y por eso su madre sostiene que “tiene una personalidad disociada entre el personaje ‘Holder’ y el Tomás que realmente es”.
Holder y sus ataques de pánico: qué contó su madre
Sobre el consumo de drogas, la mujer contó que al hablar con su hijo, este lo admitió: “Lo agarré a tiempo. Y como Tomás es muy sincero, así como en su momento me contó que tomaba anabólicos en el gimnasio, ahora me contó que estaba tomando pastillas en las fiestas electrónicas”.
Ante esta situación, Gisela lo llevó al médico y el diagnóstico fue claro: “Lo vi tan mal que llamé a un médico, que diagnosticó que estaba transitando un ataque de pánico y me recomendó que llamara a un psicólogo o a un psiquiatra, y llamé a un psiquiatra muy reconocido de Rosario, que también hace psicoanálisis”.
“Las pastillas que tomó le bajaron la serotonina y la dopamina y eso lo tiene deprimido, pero por lo menos frenó su consumo. Tiene que cambiar los hábitos, y juntarse con otra gente. Estaba con personas de 45 años y eso no me gusta”, concluyó.