Durante la sexta audiencia del juicio por el crimen de Lucio Dupuy, desarrollada el miércoles 23, testificaron vecinos del niño y psicólogos. En esa oportunidad, se analizaron los dibujos que hacía la víctima y el perfil de las detenidas, ratificando la acusación de que su asesinato fue por un “crimen de odio”.
En abril de este año, la Justicia se encargó de estudiar las ilustraciones que realizaba el nene en el jardín de infantes. Los especialistas determinaron que todos ellos evidenciaban los abusos sexuales y demás maltratos que recibía.
“Hacía sus dibujos sin ojos por cosas que no quería ver o que le hicieron ver y no quería ver. También dibujos sin piernas por las violaciones que sufrió durante mucho tiempo”, detalló en aquella oportunidad Ramón Dupuy a VíaPaís.
La psicóloga Lorena Roggero fue una de los testigos que propuso la querella durante el juicio. La misma está especializada en psicología jurídica, y realizó dos informes con los cuales el abogado José Mario Aguerrido sostuvo la acusación de “crimen de odio” contra Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez.
En medio de la audiencia del miércoles, Roggero explicó que las ilustraciones de personas y nenes sin piernas, y los dibujos de caras sin ojos, son mayoría entre los que se secuestraron en el jardín de infantes al que asistía Lucio.
Durante dos horas, la psicóloga prestó testimonio ante el Tribunal. Mientras las fotografías se proyectaban en la sala, la mujer explicaba qué significaba cada dibujo, cada trazo, incluso los rayones que hacía.
Ahora bien, no sólo participó esta profesional, sino también un psicólogo de la Oficina de Atención a la Víctima del Delito y a los Testigos, área que depende del Ministerio Público Fiscal. En este sentido, adhirió con las conclusiones de Roggero.
La defensa, por su parte, cuando se dirigió a la psicóloga, le consultó con qué criterios seleccionó cada dibujo y por qué no otros. También le cuestionaron cómo supo que fueron hechos efectivamente por la víctima y a qué época pertenecían.
Analizaron el perfil de las detenidas por el asesinato de Lucio: rasgos de perversidad
En otro de los informes elaborados por la especialista, se analizó el perfil psicológico de Espósito Valenti y de Páez. El mismo fue elaborado en base a los mensajes de WhatsApp que se enviaban las imputadas.
Como ninguna detenida aceptó entrevistarse con Roggero, también desarrolló el análisis de la acusadas a través de contactos con la familia paterna de Lucio. Los resultados fueron expuestos durante el juicio.
“A Lucio lo consideraban un obstáculo en la relación; no querían ser madres, tienen rasgos de perversidad y rechazan a los hombres”, señaló la profesional. Luego, aclaró que “son imputables y comprenden la criminalidad de sus actos”.
La defensa objetó sus acusaciones. En este sentido, le formuló varias dudas y le preguntó en base a qué estudios o bibliografía la experta extrajo las conclusiones que volcó en su informe y presentó ante los jueces.
La fiscal Verónica Ferrero leyó en el debate oral una serie de mensajes que ambas pampeanas se enviaban. “Le ponían hielo (a Lucio) para que se le deshincharan los golpes de la cabeza, acuerdos entre las mujeres de excusas que expondrían en el jardín para justificar su ausencia, o para que no se juntara con amiguitos, y para no ir a la casa de la madre de Abigail Páez”.
En los chats también hablaban de cómo lo golpearon en la panza, logrando que vomite. Y como castigo de ello, lo dejaban afuera en penitencia a pesar del frío: “No quiero ver al Lucio porque me amarga la vida”, había escrito Páez.
El testimonio de una vecina durante el juicio por Lucio Dupuy
Ese mismo miércoles testificó una vecina que vivía enfrente a la casa de Abigail Páez, domicilio es donde golpearon y mataron a Lucio. La mujer entonces confirmó que el 25 de agosto de 2021 la policía acudió allí por un llamado anónimo que advertía que al niño lo estaban maltratando.
La encargada de realizar la denuncia fue otra mujer que también vive por la zona, la cual aún no declaró, pero lo hará en los próximos días. La misma habría escuchado aquella vez los gritos del menor, y con su hermano llamaron a las autoridades.
De esta manera se confirmó que tres meses antes del asesinato de Lucio ya hubo una advertencia del maltrato, aunque la intervención policial fue fallida. Mientras testificó la psicóloga, las acusadas solicitaron no estar presentes en la sala.