La comisión que cuida el paraje de la Cruz Negra situada en un cerro, al costado de la Ruta 40 entre Luján de Cuyo y Tunuyán, pide ayuda para que no retiren el símbolo histórico.
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Los encargados de mantener el lugar, trabaja con el aporte de los fieles, pero la pandemia ha hecho que caiga drásticamente la recaudación y solicitan ayuda para cerrar el predio, con tela, alambre liso o de púas y postes.
También requieren mano de obra para alambrar el lugar y hacer que La Cruz Negra siga perdurando en la fe de los viajeros y promesantes.
La historia de Raymundo Palleres y Eugenio Bustos
El paraje de fe y cultura remonta su leyenda al año 1864, cuando don Eugenio Bustos, poderoso terrateniente de la época y que da nombre al distrito de San Carlos, envió a Raymundo Palleres, hombre de su confianza a cobrar un dinero.
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Palleres viajó durante dos días hasta llegar a la Ciudad de Mendoza. Cobró el dinero, cargó las mulas, y emprendió la vuelta en las últimas horas de la tarde. Ante esto, ató las mulas a su caballo para no perderlas.
Cuando regresaba presintió una emboscada y, a punta de un rebenque, animó a las mulas a seguir viaje. Finalmente un grupo de cuatreros chilenos lo asesinó, pero las mulas fieles llevaron el dinero hasta su dueño.
Fue cuando Eugenio Bustos decidió enterrar a Raymundo al costado del camino, ya que ese era el sitio que más visitaba. Sobre su lecho, una enorme Cruz Negra quedó sobre la tumba, hasta el día de hoy.
Desde entonces, miles de promesantes confían en la Cruz Negra. Lo cierto es que el dueño del campo vecino asegura que los visitantes están violando su propiedad, ya que algunos traspasan el predio hacia ese lugar. Fuente: Serargentino.com - Tribuna Mendoza