Cada 30 de agosto se celebra el día de Santa Rosa de Lima, y, según el dicho popular, alrededor de esta fecha ocurre una tormenta intensa. La tormenta de Santa Rosa es una expresión singular para designar una tormenta que se espera que se desarrolle entre los 5 días anteriores o posteriores al 30 de agosto, fecha correspondiente a la festividad católica de Santa Rosa de Lima.
El nombre de la tormenta parte de una leyenda que se remonta a 1615, gracias a los poderes místicos de Isabel Flores de Oliva, que llevó a que una fuerte tormenta impida que piratas holandeses atacaran la ciudad peruana de Lima.
Es por eso que cuando se acerca el 30 de agosto, alrededor de esta fecha según la creencia popular hay que esperar una tormenta intensa. Sin embargo, ese “alrededor” no está fijo y puede ser una tormenta que ocurre unos 3 o 4 días en torno al 30 de agosto o unos 15 días antes y después de esa fecha.
Lo cierto, es que como este límite no está del todo claro, cualquier tormenta entre agosto y septiembre podría ser “la de Santa Rosa”.
La tormenta de Santa Rosa, ¿mito o realidad?
El Servicio Meteorológico Nacional tomó ciertas estadísticas de la información del Observatorio Central Buenos Aires (OCBA) -que posee una base de datos de más de 100 años y se encuentra dentro de la región de nuestro país en donde las tormentas no son atípicas- para sacar algunas conclusiones.
Según los datos recopilados, se contabilizaron para cada año desde 1906 la cantidad de días consecutivos con tormentas del 25 de agosto al 4 de septiembre (5 días antes y después de Santa Rosa).
“En caso de registrarse más de un evento de tormentas en los 10 días considerados, se contabilizó solo el que dio lugar a mayor cantidad de agua caída”, precisaron.
El resultado del análisis demostró que, en los 116 años de registro, en 65 oportunidades (56% de los casos) se produjeron tormentas en esas fechas, aunque no siempre estuvieron asociadas a precipitaciones intensas y/o abundantes.
Para este viernes 26 de agosto rige un alerta amarilla en el centro del país -incluido el AMBA- por tormentas que podrían extenderse hasta la mañana del sábado. Según la creencia popular, es la mismísima tormenta de Santa Rosa tocando la puerta, aunque las estadísticas no jueguen siempre de su lado.