Campeones. Esa palabra tan argentina y que a la vez hubo que desempolvar luego de tres décadas. De finales perdidas y dolores que estrujaban el alma, porque es fútbol en cualquier parte del mundo pero en nuestro bendito país es más que fútbol. Se llora, por el fútbol, se ríe, se vive...
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Y justo en esta Copa América tan atípica, que casi se frustra por el maldito COVID. Que iba a ser en Argentina, en Córdoba, en el Kempes. Se la llevó Brasil, y no se la pudo quedar. La Copa es Albiceleste de nuevo, por fín.
Para gritar en casa, porque las restricciones no podrán nunca domar el espíritu o acallar un gol.
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Para imaginar lo que sería la locura de una caravana prohibida culpa de la pandemia.
Para retumbar en cada rincón de un país tan golpeado, dividido por propios y extraños de una cruenta grieta, y que gracias al fútbol (siempre el fútbol), se juntó en un puño apretado.
Para liberar un alarido de gol por el pique del Fideo Di María; un suspiro de alivio en las atajadas del Dibu Martínez; un quejido por la sangre en el tobillo de Montiel; un gesto de bronca porque no se le dio en la última a Messi para ser el campeón y goleador en un título que se debía a si mismo y que merecía.
Para dejarse deslumbrar por el brillo de una Copa que será dorada por siempre, encuadrada en un mudo Maracaná en el que un grupito estoico de Albiceleste silenció a la Río de Janeiro, la ciudad vibrante que no nunca duerme. Y a la que en este 10 de julio, le costará conciliar el sueño, porque ahora saben “qué se siente...”
Con el alma
Argentina campeona de la Copa América y para el mundo. En un clásico global, contra Neymar y un equipo que no es sobrenatural y sin embargo resulta temible, contra los pronósticos incluso, aunque esta Selección ganó en solidez por De Paul, por nuestro Cuti Romero, por Molina, un cordobés, al que descubrimos, y hasta por el menospreciado Lionel Scaloni quien logró devolver el prestigio a nuestra camiseta.
Para que festeje Argentina y ese loco aullido llegue hasta el cielo, donde una risa de muchos dientes volverá a verse en la cara de Diego. Campeones de América, Selección. Desde adentro y para el mundo como corresponde a un Maracanazo. ¡Salud Argentina!