El deseo presidencial de instrumentar una reforma laboral integral con el pretendido propósito de generar empleo privado puso en estado de alerta por igual al sindicalismo dialoguista como al combativo.
El jueves pasado, en conferencia de prensa en la Casa Rosada y junto a su par de Francia, Mauricio Macri le celebró a Emmanuel Macron, con quien acababa de reunirse, la reforma laboral impulsada en setiembre de 2017 y que, entre otros reclamos, fue uno de los motivos de las violentas protestas de los últimos días.
Ayer, el anhelo presidencial de insistir en una reforma laboral a un año del rechazo que tuvo su propuesta en el Senado tras las multitudinarias manifestaciones también contra la reforma previsional, y en vísperas del electoral 2019, recibió críticas de dirigentes sindicales combativos.
La advertencia más dura provino del secretario general adjunto del Sindicato de Choferes de Camiones (Sichoca), Pablo Moyano. "Si este Gobierno quiere implementar una reforma laboral para sacar las indemnizaciones, las horas extras y las paritarias, y modificar los convenios colectivos a la baja, nuestra organización se va a poner a la cabeza en la lucha", dijo el hijo del histórico dirigente Hugo Moyano.
Al hablar ante una asamblea de camioneros bonaerenses en Olavarría, Pablo Moyano no descartó incluso la posibilidad de impulsar un paro general contra el Gobierno en caso de que insista con la reforma laboral. "Esto ya lo hemos rechazado en varias oportunidades y lo vamos a seguir haciendo con movilizaciones, paros por tiempo indeterminado y toda medida que sirva para oponernos a este intento que traerá más desocupación, hambre y ajuste", advirtió. Además, ante ese mismo auditorio, convocó a los camioneros a movilizarse para hacer efectivo el bono de fin de año de 14 mil pesos acordado con los empresarios de la Fadeeac. Moyano hijo recordó que cuando el frustrado intento de reforma laboral de diciembre pasado fue uno de los tres integrantes del Consejo Directivo de la CGT en oponerse; los otros fueron Omar Plaini (canillitas) y Sergio Sánchez (peajes).
Moyano integra la conducción del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) que tiene una posición confrontativa con el Gobierno y crítica con la conducción de la CGT. También entre los dirigentes máximos de ese sector está el secretario general del Sindicato de Mecánicos del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli, quien ayer advirtió por su lado sobre la eventualidad de otro intento de reforma laboral. "Si el Gobierno quiere una reforma laboral, se equivoca porque ya no hay margen. No están viendo la realidad. Justo lo anunció con Macron, y ya vimos lo que pasó en París", dijo el mecánico.
Ya el domingo, desde el sector dialoguista, el cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, también se había pronunciado en contra, aunque sin evaluar una eventual medida de protesta. "Si este Gobierno es reelecto, vendrá por una reforma laboral salvaje", alertó. Daer se integró hace semanas a la Mesa de Acción Política del PJ junto con Moyano padre y Pignanelli.
En su conferencia de prensa del jueves, Macri había afirmado que debe reformarse la legislación laboral para “fomentar el desarrollo y el empleo”. El fracasado proyecto de hace un año preveía un blanqueo de trabajadores informales, el establecimiento de sistemas de pasantías y la creación de una agencia de evaluación de tecnología médica, aspectos que habían tenido la aprobación del entonces triunvirato de la CGT. Aunque con el rechazo cegetista, incluía también una modificación en el cálculo de las indemnizaciones a fin de disminuirlas.