Los propietarios de una finca ubicada en la localidad sanjuanina de Albardón, se están acostumbrando, lamentablemente, a ser víctimas de los ladrones. Alfredo Pantano, dueño del lugar, relató indignado los últimos robos que sufrió: si bien no se llevaron dinero, si robaron animales, alimentos y herramientas.
Según informó Tiempo de San Juan, la finca está ubicada en la calle Italia, en el distrito de La Cañada, en Albardón; y según relato Pantano, esta situación de inseguridad pasó varias veces y ya se volvió costumbre. Además, contó que en otra finca se llevaron 21 lechones.
“Esos son los ahorros de mi vida. Como ahora no se puede tener la plata en la mano, durante el año me tomo el trabajo de criar animales y en invertir en embutidos y fiambres. Pero se llevan todo. Esta última vez me abrieron los freezers y se llevaron hasta los huesos”, detalló Pantano.
Los delincuentes entraron a la finca tres veces: miércoles y viernes por la noche; y el domingo en horas de la madrugada, todo desde el fondo del predio, que da al canal y al río San Juan.
Qué se llevaron los ladrones de la finca de Albardón
Los delincuentes se llevaron 12 corderos vivos y una gallina: tal como explicó Pantano, todos estaban a la venta para generar ingresos en la finca. Además, del depósito se llevaron 200 kilos de salame, unos 80 kilos de jamón, 15 kilos de morcilla y 15 de butifarra; junto con 10 cuchillas.
Dinero en efectivo no se llevaron, pero el motín fue muy importante: Pantano explicó que todo lo que se llavaron está valuado en $800.000, y detalló que cada cordero cuesta alrededor de $7.000.
“Desgraciadamente, no es un problema de la Policía. Porque los ladrones roban, los meten presos y a los días los sueltan. Y no nos queda más que seguir trabajando. Vivo de esto”, agregó. Por su parte, uno de sus empleados contó que dentro de la misma finca le robaron sus dos caballos y a uno de ellos lo encontró faenado.
La familia Puerta también sufrió dos grandes robos durante el mes de octubre: perdieron 21 lechones, de aproximadamente de 8 kilos cada uno. Cansados de los robos, decidieron poner alarma en la finca para evitar que el ataque de ladrones pase desapercibido.