Los maestros que enseñan en la Escuela 4422 Crucero Ara General Belgrano, así como también su directora, reacondicionaron la huerta y el invernadero escolar para empezar las clases en condiciones. Lamentablemente, esto no puede ocurrir, puesto que no cuentan con personal que se encargue del mantenimiento, la limpieza y de la cocina.
Ubicada en el Paraje Potrero de Chañi, se puede acceder a la escuela a través de un camino secundario que se abre unos 10 kilómetros antes de Alfarcito, pasando por San Bernardo de las Zorras y el Rosal. El paraje se encuentra a 48 kilómetros de la Ruta 51, a aproximadamente unos 3.500 metros sobre el nivel del mar.
La escuela es pequeña, con una sencilla capilla y el imponente nevado de Chañi de fondo. El lugar se encuentra completamente apartado de las ciudades, siendo este lugar el único nexo de internet con el que cuenta la institución. La directora y maestra Susana Chávez, la maestra de grado Guadalupe Romero y los demás maestros de áreas especiales Gabriela Sulca, Mario Gutiérrez y Valeria López pasan la semana dando clase a distancia desde la escuela, puesto que no cuentan en la zona con señal de internet.
Al no poder dar clases presenciales, se entregan cartillas a los padres de los alumnos y se solucionan las dudas respecto a las actividades. Los mismos maestros también se ocupan del mantenimiento y la limpieza del edificio escolar, el invernadero y la huerta desde hace varios años. Durante el período de clases, esta institución se convierte en el segundo hogar de 15 alumnos que estudian, comparten y almuerzan del menú diario y desayuno preparados por los mismos docentes. Esto se debe a que las casas están demasiado alejadas entre ellas y de la escuela, a la cual asisten atravesando un terreno pedregoso y difícil.
A causa de las restricciones y protocolos establecidos por coronavirus, la falta de personal para estas acciones hace imposible el inicio de las clases presenciales. A través de la Fundación Alfarcito, la directora sostuvo la importancia de que se designe este personal de forma permanente y que sea alguien del mismo lugar, para poder cuidar de la escuela incluso en períodos de vacaciones y recesos.
Por otra parte, elegir a alguien de la zona permite también generar empleo y una fuente laboral para las familias del lugar, para que sean también testigos y compañeros en el trabajo con empeño y amor de la escuela de sus hijos.