El estudio de La Voz Argentina vivió un instante cargado de tensión emocional cuando Soledad Pastorutti, conmovida hasta las lágrimas, se enfrentó a uno de los momentos más difíciles del certamen: la elección entre dos participantes que interpretaron con pasión La llamadora, tema que ella había grabado años atrás junto a Raly Barrionuevo.
Al concluir la presentación, Milena Salamanca y Agustín Isasmendi recibieron una devolución intensa y llena de cariño por parte de la Sole. “Hiciste cosas en el dúo que no se hubiese imaginado nunca”, le dijo a Milena, destacando su osadía. Luego elogió el crecimiento de Agustín: “Agus, lo tuyo va creciendo. Me seguís sorprendiendo para bien”.

Ambos fueron definidos como “preferidos” del equipo por la artista. Fue en ese contexto que Soledad deslizó un anuncio que nadie esperaba: “Hay una regla distinta este año y voy a hacer uso de ella. Me quedo con los dos”.
La decisión resonó inmediatamente entre el público y en redes, por su valor simbólico: no se trató solo de una elección técnica, sino de una muestra de sensibilidad y empatía hacia dos voces que la movieron profundamente.
Desde el inicio de la temporada, la coach ha mostrado un perfil exigente, firme en sus devoluciones. Sin embargo, esta vez priorizó lo emocional, permitiendo que ambos participantes avancen a la siguiente etapa.

Este tipo de jugada no es habitual en el formato del reality musical. Ir más allá de la competencia para valorar el impacto humano en una interpretación lo convierte en un momento único que trasciende lo televisivo.
Este tipo de decisiones no solo marcan un hito interno del programa, sino también una forma distinta de hacer coaching frente a la cámara. Queda por verse si esta elección impulsará el camino de Milena y Agustín dentro del show.