Ciro, el hijo menor de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, fue el verdadero protagonista sorpresa tras el triunfo del Inter Miami en la cancha. Con apenas siete años y una pelotita en los pies, deslumbró a todos con dos jugadas que se volvieron virales en cuestión de minutos.
En el primer video, se lo ve enfrentando a otro niño en un mano a mano: con confianza, le hace un caño, conserva la pelota atada al pie y avanza con una naturalidad pasmosa. Esa acción fue seguida por otra que coronó con un gol: arrancó cerca del área, gambeteó hacia el centro y definió al segundo palo con una precisión que sorprendió a todos.

La habilidad de Ciro hizo que los aficionados presentes prorrumpieran en aplausos y que los clips de su actuación se compartieran por redes sociales como pan caliente. “Es igual a su papá”, repetían algunos mientras comentaban el estilo, el trote liviano y los amagues, que despertaron comparaciones inmediatas con el astro.
Aunque Ciro es diestro, al contrario que su madre y su papá, el despliegue técnico —caño, gambeta corta y definición pulida— recordó a muchos el sello futbolístico que luego haría famoso al capitán albiceleste. El pequeño también integra la Sub-7 de la academia del club y suele usar la camiseta diez con la cinta de capitán.
No es la primera vez que los hijos de Messi se vuelven virales: en febrero, Ciro también había protagonizado un golazo con sus compañeros en el mismo club y ya se venía hablando del ADN futbolístico que generacionalmente habita en la familia Messi.
Esta exhibición espontánea sin público en cancha y después de un partido profesional reafirma la magnitud del talento que corre por sus venas y genera ilusión en los hinchas: ¿veremos a Ciro, o tal vez a Mateo o Thiago, brillar profesionalmente algún día?
Para muchos, aquello no fue solo un momento tierno o divertido: fue una señal temprana de que, más allá del apellido, el fútbol parece estar escrito en el campo para los Messi. Y en Miami, quedó demostrado ante todos.