"El que vive en esta casa soy yo y les digo que yo no soy el que andan buscando. Fíjense bien para no arruinar una familia. Mi señora y mi nieto se salvaron de milagro", expresó indignado Tomás, el dueño de una vivienda de la zona sudoeste rosarina que este martes fue víctima de un feroz ataque a balazos.
El dueño de la casa ubicada sobre República del Salvador al 3200 lleva 50 años en barrio Godoy y jamás había tenido problemas con sus vecinos. Sin embargo, a última hora del día tuvo que tirarse al piso junto con su nieto cuando escuchó los disparos que perforaban los cristales y las persianas de su hogar. En una habitación contigua estaba su esposa con el hermano menor del nene, quienes se despertaron alarmados y afortunadamente resultaron ilesos.
Las marcas de los proyectiles quedaron también en las rejas, aunque el saldo sólo se limitó a daños materiales. En medio de la conmoción, el abuelo de los chicos sólo alcanzó a advertirle a su pareja que no saliera a la calle y recién tras la llegada de la policía cayó en la cuenta de que había 16 impactos de balas calibre 45 en su casa.
En un reportaje con Canal 3, Tomás confesó este miércoles que ni él ni su señora habían podido conciliar el sueño después del shock que sufrieron alrededor de las 23.30, cuando con su nieto habían apagado la tele y estaban por irse a dormir.
"No tengo problemas en mi trabajo. Sinceramente no sé qué paso con esta gente, por eso los llamé a ustedes especialmente para que me vean la cara", argumentó el anciano antes de reclamar públicamente ante las cámaras que dejen en paz a su familia.