Después de un intenso debate que comenzó a mediados del año pasado y atravesó todo tipo de obstáculos, la Cámara de Diputados votará este miércoles por la madrugada la nueva Ley de Alquileres, pero los números son ajustados y se espera un final abierto, sujeto a posibles ausencias y un puñado de votos clave.
El proyecto fue colocado en el último lugar del temario de la sesión que comenzó este martes al mediodía y en los pasillos de la Cámara baja todos hacen cálculos para determinar un resultado hasta el momento impredecible. “Dependerá de las ausencias de la oposición”, indicó a este medio una importante fuente del oficialismo.
Después de los cambios que introdujo el Senado por impulso del Frente de Todos, la Cámara baja tiene dos posibilidades, según lo establece la Constitución Nacional: avalar esas modificaciones o insistir en la versión original, que se aprobó en agosto con votos de la oposición.
Primero se votará el dictamen de mayoría, firmado por el oficialismo, que acepta los cambios del Senado. Ese texto mantiene los contratos de tres años de duración, como en la actualidad, pero fija ajustes cada seis meses y establece como índice de actualización el coeficiente “Casa Propia”, que utiliza el índice más bajo entre el promedio de inflación y salarios del último año.
Por el contario, el dictamen de minoría, refrendado por Juntos por el Cambio y parte del Interbloque Federal, baja los contratos de tres a dos años, con actualizaciones cada cuatro meses como mínimo y deja los precios liberados a un acuerdo entre las partes. Esta propuesta solo se llegaría a votar si primero resulta rechazado el dictamen de mayoría.
Los votos
El Frente de Todos podría alcanzar 123 votos. Tiene 116 votos propios (le falta un diputado que no vino a la sesión, el santafesino Roberto Mirabella) y sumaría el apoyo de dos representantes del Frente de la Concordia Misionero, uno de los dos de Juntos Somos Río Negro (Luis Di Giácomo) y también a los cuatro del Frente de Izquierda.
Del lado del rechazo al dictamen de mayoría habría 124 votos. Son 116 de Juntos por el Cambio, tres de la Libertad Avanza (Javier Milei, Victoria Villarruel y Carolina Píparo), dos de Córdoba Federal (Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca), los bonaerenses Graciela Camaño y Florencio Randazzo, y otro de los rionegrinos, Agustín Domingo.
En este escenario, tanto las abstenciones como las ausencias serán determinantes para el resultado final. Algunas dudas recaen sobre un bloque de dos diputados llamado SER (Somos Energía para Renovar), integrado por el gobernador electo de Santa Cruz, Claudio Vidal, y el riojano Felipe Álvarez. Y también sobre el mandatario electo de Neuquén, Rolando Figueroa.
En tanto, el jefe del Interbloque Federal Alejandro “Topo” Rodríguez y la cordobesa Natalia De la Sota tienen previsto abstenerse, así como los socialistas Enrique Estévez y Mónica Fein.
“Hay diputados que aún dicen tener dudas. Que más que dudas, no quieren comprometerse con ninguno de los dos proyectos o están negociando cuestiones personales”, advirtieron a este medio desde la organización Inquilinos Agrupados, que convocó a una movilización.
¿Qué pasaría si, en una situación inédita, salen rechazados tanto el dictamen de mayoría como el de minoría? Según la interpretación del oficialismo, en ese caso quedaría en pie la ley de alquileres actual, bautizada como “Ley Lipovetzky”, que establece contratos de tres años con ajuste anual y un índice de actualización que combina inflación y salarios en partes iguales.