Un drugstore en avenida San Martín al 1.800, en la zona de la alameda, es uno de los pocos negocios que permanece abierto en medio de la cuarentena obligatoria para enfrentar el coronavirus.
Con los escasos transeúntes que hay, el solo hecho de levantar las persianas y prender las luces ocasiona un gasto que a lo largo del día es cuesta arriba poder sobrellevarlo con las escasas ventas.
Pese a todo Santiago Hudson (49) sigue poniéndole el pecho a la difícil situación pero además se preocupa por aquellos que están en el frente de batalla en estos tiempos como el personal de seguridad o la sanidad.
En medio de toda esa parálisis el kiosquero inició una campaña solidaria en la que ofrece café a aquellos trabajadores que no pueden quedarse en casa y deben cubrir tareas indispensables para el conjunto de la sociedad.
“Si sos policía, enfermero o personal de limpieza de la Muni de Mendoza pasá por #AltoAhí de San Martín 1810 Alameda, te invitamos un café”, posteó en su cuenta de Twitter.
En diálogo con Los Andes, "El Negro", como lo conocen a Santiago, contó que la iniciativa surgió como retribución a quienes deben estar en la calle.
"Acá cerca del local hay un puesto de control policial en el que suelen haber entre cuatro y cinco efectivos. Un día se me ocurrió invitarles un café y fueron acercándose de a uno", cuenta.
Si bien la actitud de ofrecerles algo a los trabajadores era habitual, desde que la pandemia obligó a que quienes desempeñan determinadas tareas estuvieran al frente de la pelea, el ofrecimiento de la infusión se extendió.
Ahora todos aquellos que día a día se enfrentan a esta realidad pueden recibir el gesto de gratitud de "El Negro" y recargar energías con un buen café.
Santiago sufre, como la mayoría de los argentinos, los embates del complejo momento económico, social y sanitario. Desde que comenzó la cuarentena las ventas se desplomaron, y aunque su rubro puede abrir, reconoce que “ya por prender las luces pierdo plata”.
"Con el tema de la pandemia la gente sólo sale a comprar mercadería y ahora vendemos el 1% de lo que facturábamos, lo que es nada", remarcó.
"Yo vengo y abro el local para despejarme un poco, pero no hay nadie en la calle. Creo que vamos a zafar de esta, pero el tema es la incertidumbre que te genera el no saber hasta cuándo estaremos así", cerró.