Se crió en una familia de 12 hermanos en Maipú, venció sus miedos y abrió un emprendimiento

A Emilia Carrizo le tocó vivir una infancia y adolescencia muy dura, marcada por momentos tristes. De grande venció los obstáculos, se capacitó en la pastelería y ya tiene su propio negocio.

Se crió en una familia de 12 hermanos en Maipú, venció sus miedos y abrió un emprendimiento
Durante toda su vida, Emilia no tenía esperanzas ni proyectos para prosperar debido a su infancia. Hoy logró vencer todos sus obstáculos y tiene su propio emprendimiento pastelero.

Múltiples estudios indican que la calidad de infancia de una persona, marca cuan exitoso será en su adultez, condenando a muchos a una vida de fracasos. A una maipucina le tocó tener una niñez dura, llena de dificultades por su familia. Y a pesar de todo pronóstico, venció sus miedos y hoy tiene su emprendimiento.

Emilia Carrizo vivió rodeada de una familia grande, con ella eran 12 hermanos. Fue producto de una familia ensamblada, ya que tanto su mamá como su papá tenían hijos de relaciones anteriores.

Y muchas veces una familia tan grande tiene sus cosas negativas. Tristemente, el entorno que Emilia tuvo al crecer fue uno lleno de negatividad y maldad, marcado por las malas decisiones de las personas mayores a su alrededor.

Emilia junto a sus tres hijas y su esposo, Guillermo.
Emilia junto a sus tres hijas y su esposo, Guillermo.

Emilia, su infancia y sus 12 hermanos

Ella nació en el distrito maipucino de Coquimbito, y era una de las más pequeñas de su familia, ya que fue fruto de la familia ensamblada de sus padres, junto a dos hermanas más.

Al crecer, su entorno no fue el mejor. La mayoría de sus hermanos eran delincuentes, adictos a diferentes tipos de narcóticos. Fue una situación que toda su vida le afectó, ya que creció viendo a sus hermanos deliberadamente destruyendo sus vidas.

Siempre tuvo la opción de sumarse a ellos y los comentarios de sus padres no la ayudaban a elegir otro camino. “Cuando era más chica siempre me pusieron en la cabeza que nunca iba a lograr nada”, contó Emilia a Vía Mendoza.

Las tres hijas de Emilia. "Por ellas me animé a estudiar, para demostrar que soy capaz", expresó la maipucina.
Las tres hijas de Emilia. "Por ellas me animé a estudiar, para demostrar que soy capaz", expresó la maipucina.

Las circunstancias en las que le tocó crecer la desconcentraban, y asegura que eso se trasladó a su aprendizaje. Por más que ella intentará, no había manera que ella retuviera lo que le enseñaban en la escuela. Y en sus boletines escolares, esas dificultades se notaban.

Me acuerdo que mi mamá me decía que le daba vergüenza ir a la escuela a buscar mi boletín porque era todo rojo. Además decía que le gustaba buscar la de mis hermanas después para sentirse orgullosa de ellas. Eso me marcó mucho”, detalló la maipucina.

Esta situación la persiguió toda su niñez y adolescencia, y gracias a ello no terminó la secundaria. “Pensé que no iba a poder lograrlo. Fue lo que me inculcaron de chica”, agregó Emilia.

Una vida llena de obstáculos que logró vencer

A sus 19 años quedó embarazada de su primer hija, sin mayores proyectos para su vida. “Cada vez que me proponía algo, me daba miedo empezar porque no me creía capaz”, contó la maipucina.

Mientras cursaba su segundo embarazo, su pareja la dejó. “Fue una derrota más. Se me vino el mundo abajo. Entré en un estado de depresión. Con la ayuda de mis padres pude salir adelante”, detalló.

Luego, un antiguo compañero de la escuela se le acercó y comenzó una amistad que luego se convirtió en su pareja. Guillermo fue la persona que la ayudó a salir adelante y fue también quien crio a sus hijas.

Juntos también tuvieron una hija, la menor de las tres hijas de Emilia. Solamente una era de él, pero nunca hizo diferencia entre ellas.

Guillermo fue la persona que le brindó palabras de aliento de una manera que nadie había hecho antes con ella. Están casados desde hace 4 años.
Guillermo fue la persona que le brindó palabras de aliento de una manera que nadie había hecho antes con ella. Están casados desde hace 4 años.

Sentí que me devolvió esa luz que se me había apagado. Mi mundo volvió a ser de color otra vez”, expresó Emilia, agregando que nunca pudo encontrar su pasión, que quería hacer con su vida, hasta que Guillermo estuvo al lado de ella, animando cada paso.

Además de la contención que recibió de su pareja, Emilia conoció a Dios a través de la iglesia evangélica. Asegura que en ese momento terminó de recibir todo el amor que no había tenido en toda su vida.

Cuando Emilia se animó a vender tartas, Guillermo la animó de una manera que nunca nadie había hecho antes. Fue tanto el impulso que recibió por parte de su pareja que decidió capacitarse en la pastelería, descubriendo que era su pasión.

De esa manera también nació su emprendimiento, “Mi Dulce Bendición”, donde vende tortas y demás delicias dulces. Emilia expresó que en toda su vida, nunca había pensando que llegaría a estar donde está hoy.

Toda su vida Emilia recibió palabras negativas que le hacían creer que nunca iba a lograr nada. Hasta esta fecha, estos son los cursos que la maipucina logró hacer.
Toda su vida Emilia recibió palabras negativas que le hacían creer que nunca iba a lograr nada. Hasta esta fecha, estos son los cursos que la maipucina logró hacer.

“Me propuse a estudiar y salir adelante para que mis hijas vean que puedo. Después quise capacitarme un poco más, haciendo un curso de maquillaje y peluquería. Quería demostrar que no soy una inútil, Dios me dio la capacidad y hoy tengo una seguridad en mí que antes no tenía”, concluyó Emilia.

El estado que subió Emilia al terminar su curso de maquillaje, expresando su alegría por otro obstáculo vencido.
El estado que subió Emilia al terminar su curso de maquillaje, expresando su alegría por otro obstáculo vencido.