Los espejos son objetos clave en la decoración moderna: dan sensación de amplitud, reflejan la luz natural y transforman cualquier ambiente en segundos. Sin embargo, no siempre conviene ubicarlos en cualquier lugar de la casa. Según el Feng Shui, disciplina ancestral de origen chino, hay una ubicación que genera un efecto negativo y que conviene evitar: justo frente a la puerta de entrada.
De acuerdo con esta práctica, la entrada principal funciona como “la boca del chi”, es decir, el punto por donde ingresa la energía vital al hogar. Si un espejo refleja directamente la puerta, esa energía rebota y se escapa, en lugar de fluir hacia los ambientes interiores.

Este detalle no solo impacta en lo simbólico, sino también en lo emocional. Los especialistas explican que puede traer sensación de inseguridad, problemas de prosperidad y falta de armonía en quienes habitan el espacio.
Qué dice el Feng Shui sobre la ubicación de los espejos en la casa
Consultores de Feng Shui coinciden en que los espejos son poderosos en la distribución de energía, pero deben usarse con cuidado. Un espejo frente a la puerta genera una fuga inmediata del chi, es como abrir la ventana y dejar que el aire se escape sin aprovecharlo.

Más allá de la filosofía oriental, los interioristas también advierten que al ver la puerta reflejada se produce un efecto visual incómodo que puede generar confusión al entrar o salir. Esa sensación, aunque sutil, altera la tranquilidad del hogar.
Entonces, ¿qué hacer? Los expertos proponen alternativas que equilibran estética y bienestar:
- Ubicar el espejo en una pared lateral, para sumar amplitud sin bloquear el flujo de energía.
- Incorporar plantas, cuadros o alfombras cerca de la entrada, que absorben y distribuyen la energía.
- Orientar el espejo hacia el interior de la casa, de modo que refleje un espacio acogedor y no la puerta misma.

El Feng Shui invita a pensar la decoración desde un lugar más consciente. Y aunque no todos siguen sus principios de forma estricta, muchos coinciden en que una entrada despejada y equilibrada ayuda a recibir mejor no solo a las visitas, sino también a la buena energía.