Por la recesión, la industria sigue trabajando a la mitad de su capacidad

Los datos oficiales de abril siguen generando dudas sobre la aseveración del Gobierno de que la peor de la crisis quedó atrás

Industria.  Se registró un retroceso del 4,7 por ciento en la industria manufacturera. (Archivo)
Industria. Se registró un retroceso del 4,7 por ciento en la industria manufacturera. (Archivo)

El relato de reactivación del Gobierno no termina de despegar y las supuestas señales aún lucen débiles, luego que datos oficiales mostraran que la industria sigue trabajando a poco más de la mitad de su capacidad instalada.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este miércoles que el sector manufacturero está usando el 56,6% de la maquinaria disponible. Los datos corresponden a abril, mes en el que el Gobierno considera que se tocó el piso de la recesión y fueron recolectados en un universo superior a las 600 empresas.

Con relación a marzo significó una avance de 3,2 puntos, dato que toma el Gobierno para justificar su optimismo. Pero al mismo tiempo es sensiblemente inferior a abril del año pasado cuando estaban en funcionamiento 7 de cada 10 máquinas dispuestas en todo el territorio nacional. Además, está por debajo del 57,6% de febrero de 2024.

Favorecidos y perjudicados

Hacia el interior de la muestra oficial también hay datos que revelan que ese uso está concentrado en determinados rubros muy favorecidos por la coyuntura y cuya producción está orientada a la exportación.

Así se observa que en refinación de petróleo se está usando el 82,2% del equipamiento enclavado, pero para producir alimentos sólo funciona el 57,9%.

Entre los sectores que presentan mayor capacidad ociosa aparecen el complejo textil y el de caucho y plástico donde cerca de cuatro de cada 10 instrumentos de producción está siendo usado.

Por debajo del promedio también está la industria automotriz (52,6%) y el complejo de empresas orientado a la elaboración de materiales de construcción (42,7%), afectadas directamente por la recesión y la eliminación de la obra pública. Estas cifras son concordantes con las caídas de 16% en la industria y 37% en la construcción publicadas la semana pasada por el órgano estadístico.

El dato que difundió hoy el Indec era esperado por los analistas para intentar consolidar la aseveración del Gobierno nacional en cuanto a que marzo y abril habían marcado el piso de la recesión económica. La nueva información no permitió despejar esas dudas y ahora resta esperar los datos definitivos que arroje mayo

En su último informe sectorial la Unión Industrial Argentina (UIA) expresó su preocupación por la caída del nivel de actividad. Un relevamiento propio detectó que sobre una muestra de 1200 empresas más del 54,5% había tenido problemas para afrontar pagos durante abril, elevándose desde el 53,3% previo.

Además se quejaron por la eliminación de una serie de regulaciones que dejarán a varios sectores expuestos ante la competencia externa sin que antes se hayan realizado las reformas internas necesarias. Entre ellas se destacan la laboral y la impositiva. A su vez, expresaron estar a favor de la Ley Bases y del Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI), el que una buena parte del sector pyme rechaza.

Los números que tiene la UIA de mayo muestran una menor caída de actividad respecto de los meses anteriores, pero con todos los ítems en evaluación aún en rojo.

Uno de los peores datos que arroja este relevamiento es que dos de cada tres industrias asegura que “no es momento para invertir” en maquinaria y equipo, lo cual tiene lógica ante la capacidad ociosa actual.

A los industriales, y en especial a las pymes, les preocupa la falta de medidas para apuntalar el mercado interno y cuestionan que en todas las declaraciones del presidente y del equipo económico se hable con más énfasis de la macroeconomía que de lo que sucede en la actividad doméstica diaria. El Gobierno se defiende con el argumento de que la baja de la inflación y la reaparición del crédito traccionarán la demanda interna y la producción.

Devaluación en Brasil

A este escenario se sumó una preocupación adicional producto de la devaluación que está sufriendo el real brasileño, lo cual impacta directamente en el comercio con ese país.

En las dos primeras semanas de ese mes la moneda brasileña se depreció 3% (pasó de US$ 5,2 a US$ 5,4) y en lo que va del año ya perdió cerca de 10%.

Con relación al crawling peg doméstico del 2%, esto abarata el ingreso de mercadería de Brasil y complica la colocación de la producción de la Argentina en su principal socio comercial.

En caso de profundizarse este proceso de pérdida de valor del real, aumentarán las presiones sobre el tipo de cambio que el Gobierno asegura no modificará más allá de la pauta prevista.