En agosto comenzaron un seguimiento de la Selección de Siria, en septiembre lo convocaron y viajó 30 horas para debutar uno par de días después en un caudrangular en Tailandia. Así de rápido fue todo para Luis Ignacio Abraham (26 años, nacido en Arroyito), lateral de Estudiantes de Río Cuarto, para su primera experiencia internacional. Siguiendo los pasos del ex Belgrano, Ibrahim Hesar.
La Selección de Siria, con el argentino Héctor Cuper como entrenador, ya había convocado argentinos como el Turquito Hesar, ex Estudiantes y Belgrano, Ezequiel Ham (Independiente Rivadavia) y Jalil Elías (Vélez). Ahora es dirigida por el español José María Lana Fernández, quien citó una nueva camada.
“Me tocó viajar con el Turco Ham, con Esteban Glellel, arquero de Quilmes, y Tobías Cervera Cadi, jugador de Platense. Fueron como 30 horas de avión, con escala en Etiopía, porque la línea aérea era de ese país. Llegamo a Tailandia un miércoles a la noche y el viernes jugamos, en el segundo tiempo”, recapituló Nacho Abraham.
EL ORGULLO DE SER JUGADOR DE SELECCIÓN
“En agosto me llegó un mensaje a mi cuenta de Instagram, preguntando si me interesaba jugar para la Selección de Siria. Primero pensé que era falso, pero me dijeron que era un emisario de la federación el que nos contactaba. Hicimos todo el papeleo por el lado de mi abuelo, que era sirio libanés. Después llegó todo por PDF y un mail al club. Y obvio que dije que sí, es un orgullo ser jugador de selección, es lo que sueña cualquier futbolista”, expresó Abraham en diálogo con Vía Córdoba.
Y añadió: “Lei mucho y se que el país está en situación de guerra. De todos modos la Selección juega en otros países, y el traductor nos explicó que pasa más por una cuestión política, y que no todo lo que se ve es cierto. Eso nos tranquilizó”.
“Me llegó la citación y viajamos. El técnico dirigió la Sub-15 de España, muy guardiolista. En el primer partido del cuadrangular, por la Kings Cup, los argentinos fuimos al banco y entramos en el segundo tiempo. Yo juegué como volante por izquierda y le ganamos 1 a 0 a Tayikistan. Y en la final enfrentamos a Tailandia, que la había ganado a Filipinas, y perdimos 2 a 1. Había más de 25 mil personas en el estadio, estaba hasta el rey”, detalló Abraham.
“En la Selección nos recibieron muy bien. Yo estaba re contra contento pero también pensé que podián ser más cerrados, mirarnos como a extranjeros que les van a sacar el lugar. Pero nos trataron bárbaro. La mayoría habla en inglés, y yo no entiendo nada aunque mi mamá es profesora de inglés justamente. Igual en la cancha nos entendíamos, son jugadores de buen pie, con roce internacional”, destacó. Y se esperanzó: “En noviembre hay amistoso con Rusia allá, y en marzo las eliminatorias para el Mundial. Ojalá que siga en la lista”.
Entre los más conocidos aparce el nacionalizado sirio Aiham Ousou, quien pasó por el Cadiz, el volante Mohammed Osman (”juega en Holanda y conoce a Licha Martínez de cuando estaba en el Ajax), y varios que compiten en la Liga de Arabia, con Cristiano Ronaldo.
UN CORDOBÉS EN TAILANDIA
Previo a llegar a Estudiantes de Río Cuarto, Nacho Abraham hizo Inferiores en Belgrano (en 2014) e Instituto (2016). Por una lesión volvió a su pueblo y durante un tiempo se desempeñó en otros trabajos, en la constracción y también con Elías Bassi (ex Talleres), en un complejo de canchas de céped sintético.
“En Estudiantes nos quedó la bronca de no clasificar al Reducido. Hubo buenos momentos, como la racha de seis triunfos seguidos. Este sábado vamos a tratar de despedirnos con una victoria ante nuestra gente”, apuntó.
El viaje a un país exótico y para defender los colores de una Selección, ya es inolvidable. “En uno de los aeropuertos no pararon a los argentinos por la yerba, y no entendían para que era. Hasta que pasó un tailandés y dijo, ‘mate, Messi’'. Y nos salvó. Sino todavía estaríamos varados”, sonrió por el recuerdo.
“Bangkok es una ciudad con mucho lujo, se nota que hay turismo internacional. La cómida es imposible por el picante. Por suerte había carne, porque sino hubierámos estado a puras ensaladas. No pudimos recorrerla mucho, porque recién el último día nos dieron libre. Fuimos al shoppnigs y las cosas están mucho más baratas que en Argentina. Compré dos pares de botines por la mitad de lo que sale un par acá”.
Su esposa y su madre también recibieron regalos, y se trajo dos camisetas. De la Selección de Siria y la otra de Tailandia. La del “10″, al que antes le había dejado un “autógrafo” durante el partido. “Se jugaba con VAR y nosotros en la Primera Nacional no estamos acostumbrados. Así que tuve que pedir perdón rápido para que no me expulsaran”, completó.