Una centena de familiares y amigos de Lázaro (13) marcharon en la plaza Jerónimo del Barco para pedir justicia. El niño fue atacado por una patota de 16 adolescentes que lo golpearon, a él y a dos amigos, el pasado domingo por la noche.
En ese lugar de barrio Alto Alberdi, Lázaro y dos adolescentes fueron emboscados por un numeroso grupo de chicos. “Lo golpearon hasta provocarle hundimiento de cráneo y lo dejaron en coma”, dijo su mamá en diálogo con los medios.
El niño lucha por su vida en el Hospital de Niños. “Uno le pegó con un ladrillo en la cabeza y se lo dejó marcado”, detalló Mariela Cardozo, su mamá. Ahora, la familia pide justicia por el niño y que los responsables sean juzgados. Aún así, se cree que no habrá detenidos ya que los responsables serían menores de edad.
EN FOTOS: MARCHAN POR JUSTICIA Y POR EL MILAGRO PARA LÁZARO
La mamá del adolescente habló tras la marcha y, en diálogo con Noticiero Doce, manifestó lo que significó la masiva convocatoria: “Acá veo la dimensión de lo bueno que es mi hijo. El cariño que tienen por mi hijo. Es un buen pibe”.
“Acá lo esperamos”, dijo la mujer que portaba una remera que pedía ‘el milagro que todos anhelamos’.
EL TESTIMONIO DE UN AMIGO DE LÁZARO
“Salimos de mi casa e íbamos a comer unos sandwiches mientras esperábamos al padre de un amigo que se quedaba dormir en casa, le traía la mochila con las cosas del colegio”, dijo Agustín, uno de los amigos de Lázaro, en diálogo con El Doce. De repente, apareció la banda y empezó una discusión verbal que el menor quiso evitar diciendo “no queremos problemas”.
Pero uno de los 16 violentos le dio una patada en la cara que le hizo perder la vista por unos segundos, según explicó. “Lo perdí de vista a Lázaro, que salió para un lado, y mi otro amigo que logró escapar”, rememoró el chico que también comenzó una maratónica corrida por el barrio. Por fortuna, apareció un conductor de taxi.
“Apareció un taxista que agarró a tres de los chicos, yo agarré a otros tres, pero no pude y me dieron una patada en la cabeza y en la cara. Pero el taxista agarró y me trajo hasta la posta policial en avenida Colón y Domingo Zipolli, dije lo que había pasado y gracias al taxista estoy acá”, cerró conmocionado el joven que tiene a su amigo luchando por su vida en el Hospital de Niños.