Las historias de cordobeses que dejaron la provincia y el país en búsqueda de cumplir sus sueños siguen conociéndose. En esta oportunidad se trata de Daniel Carreño, quien decidió irse a España a mediados de los 90 por curiosidad y porque sus padres españoles lo alentaron y hoy su empresa ya factura más de un millón de euros al año.
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Daniel tiene 52 años y a los pocos años de instalarse en Almería abrió su propia empresa llamada OHS Hidraúlica. A través de la misma se dedica a la venta de sistemas oleohidraúlicos para buques pesqueros, maquinaria agrícola, recicladoras y hasta para el Observatorio Astronómico de aquella ciudad.
El camino, lógicamente, no fue fácil. En el país europeo empezó trabajando en una empresa de suministros industriales, los conocimientos que adquirió allí más los que ya traía de su Huinca Rencancó natal le permitieron seguir creciendo en la industria. Así fue como en 2003 decidió crear su propia empresa que tiene un toque “argentino” que la diferencia del resto.
“Hay otra empresa similar y pese a los años que llevo acá nos identifican como ‘vamos al argentino de los hidráulicos’. Es un orgullo habernos convertidos en un referente”, aseguró en declaraciones a La Nación.
Pero además de distinguirse por se argentino, su empresa tiene otro valor agregado. “Son líneas muy específicas y el asesoramiento es importante; preferimos -aun pudiendo- no producir. Tenemos los medios y el conocimiento, pero crecemos y estamos bien así, no ambicionamos seguir sin límites y quedarnos sin tiempo para nada más”, confesó al mismo medio.
El otro camino que también llevó su tiempo fue el de superar el millón de euros anual de facturación, al principio el monto era de 40 mil euros. “Veíamos que muchas veces acá la planteaban complicada y nosotros no lo creíamos así, podíamos hacerlo en menos tiempo, bien y al mismo precio. Así funcionamos y avanzamos”, remarcó Carreño.
Hoy además de atender la demanda en España también lo hace en otros 14 países. Incluso en Latinoamérica trabaja para Perú, Chile, Colombia y Costa Rica. Con la Argentina tienen algunas operaciones, pero “pocas, menos de las que querríamos, por los problemas que hay”.
Justamente sobre Argentina, Carreño valoró: “A veces reniego de muchas cosas de la Argentina, pero la capacidad de adaptación que tenemos es tremenda; estamos acostumbrados a vivir en crisis permanentes, a los cambios bruscos. Esas situaciones no nos dan menos miedo -agrega-. Eso sumado al formarse y conocer lo que uno va a hacer permite crecer”.
Y apunta: “La gente no entiende qué sucede con la Argentina; trabajamos con fabricantes italianos y siempre es lo mismo, remarcan los talentos y las dudas sobre por qué no funcionan muchas cosas”.
Daniel Carreño no es el único que se fue a España. Al poco tiempo que se fue también lo hizo su hermana y cuatro años más tarde lo hicieron sus padres, que volvieron a su país natal. Uno de los hermanos de Daniel decidió volverse a Argentina después de unos 10 años.