"El Partido Rojo" es el libro que refleja no sólo los aspectos futbolísticos de la final histórica que le permitieron a Independiente concretar una hazaña y consagrarse en enero del '78 como campeón del Nacional '77, sino también revela detalles de una entramada y compleja situación política que envolvía a la provincia de Córdoba en aquella definición perdida por Talleres.
Es que el empate conseguido por Ricardo Bochini, a siete minutos del final en el estadio del barrio Jardín, no sólo posibilitó el 2-2 que otorgó el título (la primera final, en Avellaneda, había salido 1-1 y los goles como visitante cobraban doble valor), sino también cambió, quizás, la historia del fútbol argentino.
Claudio Gómez, de 52 años e hincha del "Rojo", es el autor de este texto que enumera detalles de un encuentro épico y también desnuda las eventuales presiones de una parte de la Junta Militar para que la "T" alcanzara su primera conquista a nivel nacional, en una década del '70 en la que el elenco albiazul brillaba por el fútbol que practicaba.
"El tiempo acomoda las cosas y las pone en su lugar. Y no quedan casi dudas de que este partido significó la mayor hazaña de un equipo en el fútbol argentino, porque ningún otro equipo salió campeón con tres jugadores menos en la cancha", aseveró el autor.
El equipo de Avellaneda, dirigido por el ya fallecido José Omar Pastoriza, obtuvo esa noche de verano del 25 de enero de 1978 el campeonato Nacional 1977, al empatar 2-2 con Talleres, como visitante. Y la conquista logró ribetes de hazaña, tras las expulsiones que el árbitro Roberto Barreiro dictaminó para Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa, cuando el elenco cordobés se puso 2-1 en el marcador.
¿Hubo mano? Ese tanto que marcó el desnivel, convertido por Ángel Bocanelli, originó una polémica aún no desentrañada, respecto de si el autor empujó el balón con la cabeza o con la mano, tal como sugirieron los distintos jugadores de Independiente.
"Hablé con todos los jugadores de Independiente y reconocen que el gol fue con la mano. Hay, inclusive, una foto reveladora de la revista El Gráfico, tomada desde el techo de la tribuna", contó Gómez.
"Esa foto muestra a cuatro jugadores de Talleres que salen corriendo tras el gol y -al menos- ocho de Independiente que reclaman espontáneamente y le protestan al árbitro y al juez de línea. Esa toma es documento", aseguró el autor.
Gómez reveló también que intentó contactarse con Bocanelli, el puntero derecho de la 'T' protagonista de la polémica, y que no tuvo la posibilidad de hacerlo. "En una nota en la sección Deportes del diario La Voz del Interior, a las dos semanas del partido, Bocanelli admitió que hizo el gol con la mano. Pero después lo negó sistemáticamente durante 40 años", remarcó.
Menéndez en el palco. El autor también se refirió a la "conveniencia política" expuesta por la dictadura militar que gobernaba al país en aquellos años para que el club de barrio Jardín alcanzara el título.
"Había un vínculo ineludible entre el presidente de Talleres, Amadeo Nuccetelli, y el Comandante del III Cuerpo de Infantería de Córdoba, Luciano Benjamín Menéndez", sostuvo Gómez.
"Es más, hay testimonios coincidentes de que se vio a Nuccetelli y Menéndez en el vestuario del árbitro (Osvaldo) Barreiro antes del arranque del partido", amplió.
"Un penal dudoso (el que marcó el provisorio empate 1-1 de Talleres), un gol con la mano y tres expulsiones. La actuación de Barreiro fue muy polémica", indicó Gómez, quien sentenció que "Independiente más que frustrar el campeonato de Talleres frustró el título del Talleres de Menéndez", en relación al interés que el represor (con 12 condenas a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad) tenía para que el equipo de la provincia llegara a la cúspide del fútbol nacional.
Bochini convirtió el empate definitivo, tras una maniobra tejida con el fallecido Mariano Biondi.
Sin embargo, el autor consideró que el "coprotagonista central de la hazaña" resultó el "Pato" Pastoriza, el técnico del club de Avellaneda por aquellos días.
"Sean hombres". La leyenda narra que mientras los ocho jugadores que quedaban en el campo de juego pretendían abandonar e irse a los vestuarios, el carismático entrenador no sólo convenció a los futbolistas de quedarse sino que les espetó una frase que, a esta altura, ya se erige en mito: "Vayan, sean hombres, jueguen y ganen".
"Lo que más rescato de Pastoriza son los cambios que hizo, perdido por perdido. Metió a dos jugadores ofensivos como (Daniel) Bertoni y (Mariano) Biondi para que intenten remontar el partido. Por ahí, otro DT hubiese puesto un '5 de marca' para no comerse una goleada ante un Talleres que tenía un equipo extraordinario", destacó. Otro detalle fue que el delantero Norberto Outes (autor esa noche del primer gol del "Rojo"), pasó en ese momento a jugar como defensor y último hombre, con su equipo buscando el empate.
"El 'Pato' (Pastoriza) tuvo la lucidez y frialdad para darse cuenta de que el partido le pedía eso. Y el mensaje prendió en los ocho jugadores que quedaban", aseguró.
"El Partido Rojo" se suma al libro "Orgullo nacional" del periodista Jorge Barraza, que también reproduce textos y fotografías de aquel partido histórico de hace 40 años.