Cuando le preguntan a Hugo Chiatti por el secreto para ser presidente de un club durante 40 años y casi sin oposición, la respuesta lleva la rapidez de lo simple: "Nunca debíamos plata".
Está al frente de Las Palmas desde 1981. Según el estatuto del club, se eligen autoridades cada dos años por lo en este lapso podrían haber pasado 20 presidentes. El pasado 28 de octubre fue la asamblea general, vía Zoom por los tiempos que corren, y una vez más fue elegido Hugo Chiatti.
Su apellido sale de memoria. En el club y en el barrio. "Vivo desde siempre a una cuadra y media. De chico moría alambrado en los partidos, como hincha. A los 17 ya formaba parte de la subcomisiones de fiesta y de pesca. Fui vocal, vice y presidente. Y tengo ganas de seguir, pero si me piden que de un paso al costado lo doy sin problemas, y me quedo como asesor", afirmó.
Con 77 años cumplidos en mayo, es récord en la dirigencia de Córdoba, ya que Dante Panzeri, en Universitario, fue presidente entre 1977 y 2009. "Mi tío, Enrique Griguol, fue presidente en Las Palmas durante 15 años. Y se que yo me voy a morir dando vueltas acá en el club", certificó.
Chiatti, Griguol, Olave... apellidos muy del barrio y de Las Palmas. "Juanca ahora es el técnico junto a Darío Cavallo, pero si quisiera ser presidente podría serlo mañana mismo. Es mi pollo, al igual que mi hijo Sebastián, que es vocal y me acompaña desde siempre. Lo que me gusta de los nuevos dirigentes es que no se apartan de la vieja política: conocer al vecino, ayudar a la comunidad con becas, formar buenas subcomisiones, y saber que dentro de una comisión directiva el vocal tiene la misma responsabilidad que un presidente".
En estos años y aún ahora en pandemia, su Las Palmas creció. Un salón cubierto para 4.000 personas, pileta verano/invierno, y un nuevo predio de seis hectáreas que en Villa Unión, cercano a Ruta 20, que se estrenará con canchas para el entrenamiento de las Inferiores, con dinero ingresado por las transferencias de Renzo Saravia y Federico Carrizo.
"La única deuda que tuvimos fue por un préstamo de 25 mil dólares que nos hizo Carlos Timoteo Griguol en los años '80, para comprar el terreno donde ahora tenemos las canchas de césped sintético (fútbol 5, 9 y 11). Y pudimos devolver el dinero. No me gustaría que me recuerden por algo especial, sí me gustaría que no me recuerden por algo malo", sentenció.
De aquella subcomisión de fiesta de antaño, donde su señora Susana ("de Alta Córdoba e Instituto, pero que se hizo de Las Palmas", la describió), lo acompañaba como lo hacían las esposas de otros dirigentes para trabajar en el guardarropa y demás, en el viejo salón para 500 personas pegado a la cancha de bochas donde iban las orquestas típicas y después el cuarteto; Las Palmas cambió su fisonomía.
"Los bailes nos hicieron crecer. En la infraestructura y también bancando las disciplinas, sobre todo al fútbol. Ahora la escuela de fútbol tiene 384 chicos y contamos con las 12 divisiones, incluido el fútbol femenino, por lo que el movimiento por día en el club era de unas mil personas por día. Por la cuarentena estuvimos seis meses sin ingresos y con una pérdida cercana a los dos millones de pesos. Ahora volvieron las actividades, con lo que por lo menos podemos mantenernos al día", detalló Chiatti.
De memoria, como sale el apellido Chiatti en Las Palmas (el club y el barrio). "Son muchos lo que trabajan y aportan, y se muestran poco. Muller, Córdoba, Quinteros, Carrizo, Díaz, Rodríguez, Cavallo, Avalos, García, Angelis, Navarro, Pereyra, la familia Floriancín con su taller frente al club... Yo estoy jubilado y ahora vengo poco, pero le dedicaba todo el día, con el apoyo de mi familia, mis hijos Leandro, Sebastián y César, mi sobrino Roberto... Y mi sueño es formar un equipo importante para un logro deportivo. No me gustaría que me recuerden por algo especial, si me gustaría que no me recuerden por algo malo".