El Bromuro de Metilo se ha transformado en una herramienta eficaz para el control de plagas, pero con una desventaja significativa debido a su papel en el agotamiento de la capa de ozono del hemisferio sur. Para la importación de fruta en los EE. UU sigue siendo la herramienta esencial para combatir las plagas.
Sin embargo, esto podría cambiar debido a los ensayos que se están realizando bajo la supervisión del USDA.
El Protocolo de Montreal y la caída del Bromuro de Metilo
Con la globalización de la cadena de suministro de alimentos ha aumentado la demanda de procesos que garanticen la seguridad e inocuidad de los alimentos. Algunas de las herramientas más comunes utilizan enfoques basados en productos químicos, que garantizan la seguridad y la inocuidad necesarias.
Al mismo tiempo, existen normas muy estrictas, no sólo sobre qué productos químicos se pueden utilizar, sino sobre la cantidad y el contexto.
El Protocolo de Montreal de 1987, es un acuerdo mundial para proteger la capa de ozono estratosférica mediante la eliminación progresiva de la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono (SAO). Si bien la mayor parte del bromuro de metilo en la estratosfera procede de fuentes naturales, se identificó el uso por parte del hombre para su regulación.
Como parte del protocolo, su uso se eliminará progresivamente hasta el año 2050, aunque el protocolo prevé dos casos de excepción en los que el sector o la región no disponen de una alternativa técnica o económicamente viable al bromuro de metilo, lo que dificulta su sustitución. Una es un “uso crítico” que se revisa y aprueba anualmente.
El otro es una excepción permanente para los usos de “cuarentena y preembarque” (QPS) del bromuro de metilo, por la que el importador solicita las solicitudes como condición de entrada, por ejemplo, antes de que un país exporta las mercancías comercializadas o a su llegada a destino.
Cada país tiene sus propias opiniones, así que hay una consulta según destino en forma permanente teniendo en cuenta que hay que utilizar estos productos químicos, incluido el bromuro de metilo, para garantizar la seguridad, pero los consumidores y los reguladores no les gustan que se haga.
En un mercado impulsado por los consumidores, en el que la política y la reglamentación se configuran en función de las demandas y necesidades del consumidor final, “la tendencia a lo largo de los años es aplicar productos químicos cada vez más suaves en los alimentos, o no aplicar ningún producto químico.
En este contexto, el bromuro de metilo es “una herramienta increíblemente valiosa” que se imagina que seguirá vigente durante años. Pero esto tiende a situaciones de uso en forma crítica, y no para las fumigaciones de tipo rutinario, como en la de las uvas de mesa procedentes de exportaciones de países sudamericanos hacia Estados Unidos, sin embargo hay una tremenda presión para eliminar todos los usos del bromuro de metilo, por lo que hay muchos análisis para la búsqueda de alternativas suficientemente eficaces para este caso concreto.