Eugenia “China” Suárez dio positivo en Covid-19 este miércoles. Según informaron en “Los Ángeles de la Mañana” (ElTrece), la actriz se fue a hisopar al descubrir que no tenía olfato, el único síntoma que tuvo hasta ahora.
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La joven no presentó fiebre ni otros dolores más allá del olfato. La China se mostró tranquila y activa durante el día miércoles, trabajando desde su casa en el lanzamiento de su cápsula de ropa deportiva.
“Es confirmado: la China Suárez está con Covid positivo. En el día de ayer estaba haciendo unas fotos para la marca de ropa deportiva que tiene ella. Se sentía muy bien y en un momento, de golpe, se dio cuenta de que perdió el olfato”, explicó durante el programa la movilera Maite Peñanori.
Y añadió: “En cuanto se da cuenta que pierde el olfato, ahí Eugenia consulta a un laboratorio. Van la hisopan, da positivo, enseguida se va y se aisla. Avisa instantáneamente al colegio de su nena, Rufina, y a todas las personas con las que había estado las últimas 48 horas”.
Junto a la China se encuentran su hija Magnolia, su bebé Amancio y su hija mayor, Rufina, fruto de su relación con Nicolás Cabré.
El descargo de Benjamín Vicuña desde Chile
Apenas un día antes de que la China Suárez diera positivo, su pareja, Benjamín Vicuña, hizo un descargo en redes, donde expresó su tristeza por estar lejos de su familia. El actor se encuentra en Chile filmando una novela y escribió un emotivo texto.
“Para nadie es una novedad hablar sobre los tiempos desafiantes que vivimos. Tiempos comparados con guerras que al menos yo no viví. Para nadie es fácil manejar en medio de la niebla, muchas veces sin saber cuál es el camino. Qué difícil para la ciencia y para nosotros entender que el aire puede ser nuestro enemigo, un beso un kamikaze y la distancia con nuestros seres queridos un salvavidas”, comenzó a escribir en su cuenta de Instagram.
Y siguió: “En mi caso, como actor, cumplo con mi responsabilidad de terminar una serie nocturna en Chile desde el 6 de marzo, alejado de mi familia radicada en Buenos Aires, con fronteras cerradas que solo aceleran la ansiedad y con mis teatros sin poder abrir sus puertas hace ya más de un año”.
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“Qué desolación ver como algo tan grande y noble como un centro cultural se cae a pedazos en medio del desinterés. Nada de lo que menciono se compara al dolor de perder a alguien, eso es obvio, pero si es un dolor progresivo y aparentemente invisible. Los trabajadores de la cultura hoy son invisibles, como sus familias y necesidades. Cuánto dolor e incertidumbre caminar por las sombras de lo no esencial”.
“Este texto seguramente no es esencial ni relevante, pero sí un grito desde lo más profundo de un hombre que improvisa y extraña en tiempos violentos”, concluyó.
