En el día mundial de la lucha contra la obesidad, hacemos un recorrido por la Fundación "Anónimos Luchadores Contra la Obesidad", que trabaja acompañando a personas con sobrepeso para que logren mejorar su calidad de vida.
Desde junio, funciona en Mendiolaza, coordinado por Verónica Bianciotti y Sonia Ediht Tria.
La obesidad es una enfermedad crónica de origen multifactorial, actualmente alcanza proporciones epidémicas a nivel global y se asocia a variadas complicaciones orgánicas.
Frente a este panorama, el Doctor Alberto Cormillot fundó ALCO ( "Anónimos Luchadores Contra la Obesidad") en 1967, una organización sin fines de lucro, que se extiende por todo el país e incluso internacionalmente.
ALCO funciona como un grupo de autoayuda, donde se realizan reuniones entre personas que tienen o han tenido algún desorden alimentario. Allí comparten sus experiencias, consejos, tips, siempre bajo la supervisión de coordinadores, que son aquellos avanzados en la recuperación. Lo que se busca es prosperar como grupo, sin la ayuda de profesionales, lo cual incluso, es una condición que impone la fundación.
El objetivo es que todos los miembros puedan lograr una vida más saludable, cambiando para ello los hábitos, tanto alimentarios como aquellos relacionados con la actividad física. El procedimiento que se lleva adelante es mediante planes de alimentación que cada participante, de los determinados grupos, incorpora de acuerdo a su comodidad.
Según Periódico El Milenio, en un comienzo trabajaron en conjunto con "Alcohólicos Anónimos", que dio resultados efectivos, pero continuando las investigaciones, la fundación llegó a la conclusión que la obesidad era un flagelo con la suficiente relevancia como para ser tratado de manera específica.
Además, existía una carencia en cuanto a ley y las obras sociales para cubrir trastornos alimenticios, e igualmente las clínicas privadas implicaban un alto costo para atender tales cuestiones.
Todo este contexto impulsó la separación del grupo de Alcohólicos Anónimos para constituirse como "Anónimos Luchadores Contra la Obesidad".
Un grupo en Sierras Chicas
Durante muchos años un grupo ALCO funcionaba en Villa Allende, luego apostaron por Mendiolaza, apuntando –entre otras cosas- a una mayor cercanía para la mayoría de los participantes, provenientes de los alrededores. El grupo es coordinado por Verónica Bianciotti y Sonia Ediht Tria, y se reúnen todos los lunes por la tarde. En esta sede son alrededor de 20 miembros, de variadas edades. Sonia aclaró: "Puede ir desde el que tiene 4 kg de más hasta el que tiene 50 kg".
De todas maneras, siempre el número incrementa en la cercanía al verano, donde la gente comienza a preocuparse por su silueta. Para mantener la constancia, las reuniones se realizan incluso en el caso de presentarse un feriado. El compromiso debe ser por parte de todos, motivando una visión positiva, no un sacrificio.
El equipo trata de abarcar todo lo que implica lograr un descenso de peso, dándole gran importancia tanto a la cantidad de comidas, como a las calorías que contiene cada alimento y una especial atención a la actividad física, con el fin de "erradicar el sedentarismo".
"Todo está ligado a la actividad física hoy en día", señaló Sonia. ALCO busca acrecentar el movimiento entre sus participantes, de acuerdo a sus preferencias y capacidad. Lo que exigen desde la fundación son 30 minutos obligatorios de ejercicio por día, con la libertad de elegir en qué momento y de qué manera hacerlo. Verónica aclaró que la idea es no imponerles, sino que puedan incorporar estos hábitos y realizarlos con placer.
El programa de ALCO es actualizado continuamente por el Dr. Cormillot con la colaboración de su equipo de profesionales, desde Buenos Aires envían planes estipulados, divididos en A, B y C -estos niveles son acordes a grados de sobrepeso-. También les sugieren temas a tratar en cada encuentro, dentro del "pasaporte" que contiene información general sobre la obesidad, cómo tratarla medicinalmente y cómo distribuir la ingesta alimenticia.
Por otro lado, cada participante tiene la tarea de llevar un registro de alimentación, actualizado constantemente, donde deben anotar todo lo que consumen. Luego, el día de la reunión, se revisa cada porción, después de pasar por la balanza.
Con respecto al financiamiento, todos los grupos se sostienen con las contribuciones de los "alquistas". Cada lunes pagan un bono de $40, de esa cantidad, un porcentaje del 60% va a la fundación y un 40% se dedica a los gastos internos de cada sede (fotocopias, materiales, etc.) Además, los grupos siempre tratan de funcionar en lugares públicos, estando totalmente prohibido hacerlo en casa de familias, por lo que se pide colaboración en las comunas.
Proyectos
Antes de finalizar el 2018, ALCO proyecta un grupo de "alquitos". Para este fin se requieren no sólo coordinadores recuperados, sino que posean el suficiente tacto como para tratar con niños. Y, por supuesto, se solicita gran voluntad de los padres, que se comprometan a hacerse presentes para aprender y acompañar a los chicos. "Les enseñaríamos a los padres a inculcarles alimentos saludables a sus hijos y también necesitamos que los propios alquitos comprendan la importancia del deporte", indicó Verónica.
“Nosotros los tratamos de convencer de que bajar de peso es sólo el 1% del control de la obesidad, el otro 99% es mantenerse, por lo tanto, se necesita permanecer”.
ALCO