La muerte de Paula Toledo en 2003 fue un verdadero escándalo en San Rafael, pero no solo por la violación grupal y asesinato de la joven sino también por como se investigó el caso.
Las negligencias durante el transcurso de la instrucción de la causa fueron tan escandalosas como el mismo crimen. Nunca recogieron pruebas vitales o desecharon las que tenían a simple vista.
Un video hallado recientemente es una síntesis perfecta de lo que ocurrió: el médico del Cuerpo Médico Forense, Francisco Talio, ordena lavar el cuerpo en medio de la necropsia, lo que impidió recolectar muestras de ADN de los depredadores sexuales que la mataron.
En las puertas de un nuevo juicio, el tercero en el historial, contra uno de los cinco involucrados, Nuri Ribotta (73), la mamá de Paula, también decidió llevar al banquillo de los acusados al Estado mendocino.
La demanda civil contra el Estado provincial es precisamente por la "pérdidas de pruebas" pero también "por no brindar acceso a la Justicia y por retardo injustificado", dijo Guillermo Rubio, abogado de la familia.
"Planteamos la responsabilidad civil del Estado por varias razones: no se acordonó la escena del crimen, no se recogieron elementos que estaban allí, la autopsia fue irregular y se perdió la ropa de Paula. Una botella que se habría utilizado en el crimen fue enviada a Mendoza y cuando volvió nunca fue retirada de la empresa de transporte y se perdió", explicó el letrado.
*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.