El jueves de la semana pasada Claudio Baigorria, un vecino de la localidad puntana de Justo Daract, recibió un terrible llamado que le alertó de que su gomería había sido consumida por el fuego.
Al local lo había montado hace unos cinco meses en la intersección de las calles Rivadavia y San Luis, de dicha localidad. Baigorria lamentó: "Nos quedamos sin nada. Si bien no se hacía mucho, teníamos para el pan diario. Más en estos momentos en los que la situación es difícil. Era una ayuda."
El fuego consumió las paredes, el techo, las herramientas y la maquinaria que quedaron adentro y que además eran alquiladas.
A pesar de que Baigorria también trabaja en el Plan Solidario y es seguridad de una asociación para personas con discapacidad, no puede reconstruir por su cuenta el lugar. Es por eso que apeló a la solidaridad de la comunidad daractense: "Estamos pidiendo ayuda para ver si podemos levantarlo nuevamente porque aún no sabemos si vamos a poder comprar todas las herramientas que teníamos. Quienes quieran comunicarse con nosotros pueden hacerlo al 15287364 o pasar por Rivadavia 18. Les agradeceríamos a quienes pueden darnos una mano", explicó.
El hombre contó que el fuego comenzó alrededor de la 1:40 del jueves. Su hija fue quien lo llamó para contarle la terrible noticia, pero cuando él llegó "ya estaba todo consumido. No quedó nada, se destruyó al cien por cien: las máquinas y el local", le contó a El Diario de la República.
Según Baigorria el incendio habría sido intencional (a pesar de que los efectivos policiales de la zona están en plena investigación) porque detectó "olor a combustible en el sector de la ventana".
"La persona que lo hizo no sabe el daño que ocasionó, no solo en cuanto a lo material. Nos costó un montón montar esto", lamentó el hombre y añadió: "Lo que duele es que somos unas seis familias que vivíamos de esto. Además de que trabajaba con dos de mis hijos, también generábamos ingresos para el propietario del comercio, a las personas a las que rentábamos la maquinaria y a un chico más que trabajaba con nosotros y que vivía pegado al local. Podemos decir que era casi una empresa familiar porque éramos todos amigos, estábamos muy unidos".