Después de casi un año de virtualidad, los estudiantes de primaria y secundaria de todo Salta regresan a la moralidad de clases presenciales. La llegada de este esperado día, sin embargo, trae consigo un estricto protocolo para minimizar los riesgos de contagio de coronavirus.
Cada establecimiento escolar debe cumplir con ciertos criterios generales que se adaptan a sus propias características. Para empezar, como se esperaba, en cada aula debe haber al menos un metro y medio de distancia física, mientras que en los pasillos y patio, de al menos dos metros. Los alumnos deben usar el barbijo o tapaboca en todo momento.
Las aulas deben contar con la ventilación adecuada, así como también una limpieza y desinfección regulares. Toda la comunidad, es decir tanto alumnos como profesores y otros agentes, deben higienizar sus manos con frecuencia.
Por otra parte, en los edificios donde no se permita la permanencia simultánea de todos los estudiantes a causa de sus dimensiones, debe haber una alternancia entre educación presencial y no presencial. Los directivos de cada escuela deben articular con los equipos de salud para mantener una vigilancia epidemiológica activa.
Es importante que cada ingreso y egreso de los establecimientos se organicen para evitar aglomeraciones; y que cada docente y no docente esté dentro de un grupo prioritario de vacunación, para maximizar su presencialidad. Finalmente, los estudiantes que pertenecen a un grupo de riesgo no deben asistir, pero continuarán recibiendo su derecho a la educación por otros medios.