Dos comedores de la ciudad de Rosario cocinan chorizos con una mezcla de polenta y carne llamadas “chorilentas” en solidaridad con mayores y niños, y, así ayudar a atravesar la crisis económica que toca a los argentinos.
Este plato de comida es una forma de ingeniarse para subsistir y no pasar hambre ante el aumento de precios en los productos. Actualmente, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) la pobreza de Rosario alcanza al 33% de los ciudadanos, mientras que el 7% es indigente.
Según informó Radio Sudamericana, se cocinan alrededor de 500 porciones de “chorilentas” por día. Walter Vallejos, referente del grupo Luchadores Independientes Organizados (LIO), contó a Telefé que los chicos y las madres retiran la comida en un recipiente.
El impulso a colaborar con los que más necesitan en estos momentos se lleva a cabo en el comedor “Madres Unidas”, del barrio Parque Casas y en el espacio social “Un sol”, del barrio Nuestra Señora de la Paz, en Granadero Baigorria.
Vallejos manifestó que lo hacen “en repudio” a lo que está pasando en el país. “Este Gobierno nos ilusionó con salir adelante y con llenar las heladeras, pero hoy están vacías y no se puede comer porque no se puede comprar”, declaró.
También, el referente de la organización aseguró que no quieren salir a la calle y marchar como lo hacían antes “porque hay una interna política a la que no queremos sumarnos”, dijo.
Por último, el hombre denunció que desde la Nación hace seis meses no le mandan nada, ningún tipo de colaboración para el mal momento. “Los gobernantes están en otra sintonía”, concluyó Vallejos.