Los hinchas rosarinos mirarán el último amistoso del seleccionado argentino antes del Mundial de Rusia, el sábado contra Israel, en una pantalla gigante especialmente instalada en el frente del Museo del Deporte, que la provincia de Santa Fe construye en el barrio La Bajada.
En esa zona del lejano sureste de la ciudad nació el capitán del conjunto nacional y de Barcelona, Lionel Messi, y donde hace 42 años hizo la instrucción del servicio militar el campeón del Mundial 1978 Mario Alberto Kempes.
"Messi siempre fue un pibe bárbaro y se merece ganar el Mundial", advirtió a Télam Omar Magno, de 58 años, un carpintero y vecino de los Messi del barrio, quien vive en la calle Leiva al fondo, en uno de los huecos mágicos de la zona, que quedó encerrada contra el paredón del ex Batallón de Comunicaciones 121, el otrora Regimiento 11 de Infantería.
En la esquina de Ayacucho y Estado de Israel, que es la calle de la casa de los abuelos maternos de Messi, los amigos del astro pintaron el pasado Mundial Brasil 2014 un mural con la figura de "Lío" con la camiseta argentina y una leyenda que todos esperan que ahora sea premonitoria: "Lío: tu barrio te espera campeón".
El mural está pintado en una pared de la vieja Playa Mazzini, una estación de servicio de camiones que conoció mejores épocas, donde su dueño, Eduardo Mazzini, recuerda que "unos muchachos del barrio me pidieron permiso para pintarlo y me pareció una buena idea".
El Museo del Deporte, con un frente de 39 metros de alto, está situado en Ayacucho y Benito Juárez, a una cuadra hacia el sur de Estado de Israel, en los terrenos que pertenecían al Batallón 121, donde justamente el ex delantero de Rosario Central y del seleccionado argentino campeón mundial en 1978 hizo la instrucción del servicio militar, en 1976.
"Me acuerdo cuando Kempes vino a hacer la 'colimba' al 121, que era un pibe muy tímido y muy buena persona", recuerda 42 años después el suboficial mayor retirado Carlos Messina, quien fue su instructor y luego vivió mucho tiempo en el pasaje La Bajada, a una cuadra de la casa paterna de los Messi, mientras muestra, orgulloso, una foto suya junto al "Matador", con el uniforme de soldado y el pelo rapado.
A su lado, mucho más cerca en el tiempo, su esposa Blanca Juárez, recuerda una anécdota de Messi: "Cuando pasó en bicicleta por enfrente de casa, en el pasaje La Bajada, y se lastimó la piernita con los rayos, entonces lo ayudamos y lo curamos, sin saber que tantos años después iba a ser un astro del fútbol mundial".