Desde el 14 de julio, fecha del inicio del brote y estando en etapa DISPO (Distanciamiento con actividades y reuniones autorizadas), Río Gallegos tenía 446 casos. Desde el 1 de agosto que se dispuso la vuelta a fase de aislamiento, la capital de Santa Cruz sumó 529 casos nuevos de coronavirus.
Los números muestran que no se frenó la curva de contagios y que a pesar de las restricciones, la suma de casos nunca paró.
Todo el mundo esperaba que a partir de la determinación de volver a fase de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) adoptada desde el pasado 1 de agosto, la curva de contagios en Río Gallegos iba a bajar, pero eso no ocurrió.
Durante 15 días, la capital de Santa Cruz restringió la circulación peatonal y vehicular, redujo el horario de funcionamiento del sector comercial a sólo 7 horas (De 10 a 17), cerró la totalidad de los rubros considerandos "no esenciales", no hubo actividad en la mayoría de las dependencias de la administración pública provincial ni municipal, suspendió las actividades recreativas y deportivas y prohibió nuevamente las reuniones sociales y familiares.
Fue casi un calco de la denominada Fase 1 que se atravesó hacia fines de marzo de este año al inicio de la pandemia.
Era de suponer que a partir de tantas restricciones y con la circulación limitada, al menos las estadísticas deberían haber mostrado una baja en la curva de contagios, pero ocurrió todo lo contrario: En la nueva fase de ASPO de 15 días, se sumaron más casos que en la etapa DISPO desde el inicio del brote en la ciudad, ocurrida desde el 14 de julio.
La única explicación que esgrime el Gobierno es que al haber circulación local del virus, tales parámetros ya no son comparables. Con el mismo fundamento, muchos se preguntan cuál es el sentido entonces de seguir manteniendo la ciudad en etapa de aislamiento si la sumatoria diaria de casos podría no bajar.
La presión ejercida por comerciantes, empleados de comercio e incluso vecinos que empatizaron con el reclamo en la caravana del pasado viernes, parece ser la única explicación lógica para una nueva fase de aislamiento "mucho más flexible" hasta el 30 de agosto próximo, así como los anuncios de un plan de asistencia y ayuda para el sector, que debería haber aparecido mucho antes.
A días del arranque del mes de septiembre, no son pocos los que tienen la sensación de estar frente a un año perdido, olvidable por donde se lo mire y analice; un año que para muchos terminó dilapidando sueños y años de trabajo, empleos y salarios, proyectos y metas laborales y personales.
La complejidad sanitaria del momento, parece cada vez más reñida con el cansancio y el hartazgo de muchos quienes ya no entienden de lógica ni quieren seguir teniendo una actitud comprensiva.
Les será cada vez más complicado a quienes deciden, mantener el equilibrio que la situación amerita. Está claro que ni echando culpas, ni utilizando imprudentes calificativos, se logrará una armonía general. Algo esta fallando, alguna medida no está siendo bien aplicada, alguien está errando el diagnóstico y aplicando acciones que no nos permiten mejorar nuestra situación.
Sólo eso explica cómo estando media ciudad paralizada, no sólo no estamos igual, sino que estamos peor.
Los números: desde el brote 14 de julio: casos positivos en Río Gallegos:
Martes 14 – 1 caso Miércoles 15 – 12 casos Jueves 16 – 20 casos Viernes 17 – 25 casos Sábado 18 – 52 casos Domingo 19 – 43 casos Lunes 20 - 17 casos Martes 21 – 8 casos Miércoles 22 – 35 casos Jueves 23 – 24 casos Viernes 24 – 19 casos Sábado 25 – 39
casos Domingo 26 – 19 casos Lunes 27 – 14 casos Martes 28 – 7 casos Miércoles 29 – 49 casos Jueves 30 – 24 casos Viernes 31 – 38 casos INICIO ASPO Sábado 1/8 – 19 casos Domingo 2/8 - 34 casos Lunes 3/8 – 34 casos Martes 4/8 - 32 casos Miércoles 5/8 - 36 casos Jueves 6/8 - 46 casos Viernes 7/8 - 21 casos Sábado 8/8 - 24 casos
Domingo 9/8 - 25 casos Lunes 10/8 - 27 casos Martes 11/8 - 31 casos Miércoles 12/8 - 50 casos Jueves 13/8 - 33 casos Viernes 14/8 - 37 casos Sábado 15/8 - 52 casos Domingo 16/8 - 28 casos
Fuente: El Mediador