Una vez más la inseguridad en el conurbano bonaerense se cobra una nueva vida. Esta vez fue en el oeste de la provincia de Buenos Aires, en la localidad de Ituzaingó, donde un hombre de 35 años fue asesinado de un balazo este martes por la noche.
Los vecinos del barrio denunciaron que los dos ladrones y asesinos eran conocidos del barrio. Habían robado una moto y quien terminaría siendo la víctima fatal, Ariel Mariano Charrutte, comenzó a perseguirlos junto a un grupo de vecinos, hasta que uno de los delincuentes le disparó en la cabeza.
Ariel había sido testigo del robo cuando los malvivientes trataron de llevarse una moto Gilera de 110 cc en el cruce de las calles General Pinto y Fray Luis Beltrán.
Cómo fue el asesinato de Ariel Mariano Charrutte
Al percatarse del robo, Ariel y otros vecinos empezaron a correr a los asaltantes. Pero los motochorros lograron alejarse lo suficiente como para perderse en la oscuridad y fue allí cuando se escondieron y esperaron agazapados a que el joven pasase con su moto y lo atacaron a tiros. Fue en ese momento que lo mataron de un disparo en la cabeza.
Una vez Ariel en el suelo, los asesinos se llevaron su moto, una Corven Triax de 150 cc y se fugaron.
Los vecinos alcanzaron al joven, pero cuando quisieron trasladarlo al hospital Haedo ya había perdido la vida.
“Le pegaron un tiro en el ojo y a otro chico lo hirieron en el brazo”, contó una mujer en diálogo con TN. Otra vecina también relató que su nieto también se había enfrentado previamente con los motochorros: “Le tiraron al pecho, gracias a Dios no le pegaron”.
Por la causa interviene la comisaría 1ra. de Ituzaingó, junto con la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón y la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Ituzaingó, a cargo de la fiscal María Laura Cristini.
Quién era Ariel Mariano Charrutte, el joven asesinado por motochorros
Ariel tenía 35 años, era mecánico y padre de tres hijos. Vivía junto a su mujer y sus hijos en el Barrio San Juan de Castelar sur.
Trabajaba con un amigo en un taller mecánico situado en el cruce de las calles Fray Luis Beltrán y General Pintos, a solo una cuadra de donde perdió la vida a mano de los motochoros.