Nada parecía indicar que la historia terminaría con un desenlace fatal. Al menos eso era lo que se veía en “Kansas”, el restaurante en el que trabajaban Agustín Lucas Mariani y Delfina Pan, ubicado en Miami.
“Cumplidor, muy buen bartender, preparaba todos los tragos del bar, que gustaban mucho. Era amigo de unos pocos, pero a esos amigos les contaba todo, incluso sobre lo que le pasaba con Delfina”, describió una persona que trabajó en el bar junto a él.
El testigo, quien prefirió mantener su nombre en el anonimato, indicó que no se imaginó nunca que esto ocurriría: “Yo era su superior, conmigo no se mostraba raro. Pero esto que pasó no se veía venir, para nada. Tampoco se contactaba con ella durante las horas de trabajo”.
Agustín cumplirá 21 años en febrero. Es de Bella Vista, realizó sus estudios secundarios en la misma ciudad y más tarde se inscribió en el Instituto de Formación Profesional Aeronaútica, donde hizo un curso de tripulante de cabina.
Desde hace un año, trabajaba con Delfina Pan, la diseñadora gráfica de 28 años que hacía un año había ido a probar suerte a Estados Unidos. Aunque en el ámbito laboral no parecía existir una mala relación entre ambos, en las ultimas horas se conoció que Mariani estaba obsesionado con ella.
“Él estaba enceguecido por ella, la acosaba y ella sentía miedo y por miedo no hablaba del tema”, comentaron desde el entorno más cercano a la víctima, quien fue asesinada el 29 de noviembre a puñaladas en la puerta de la casa en la que vivía junto a su amiga, sobre avenida Harding.
“Ese día (el lunes) se fue del trabajo sin avisarme, sin permiso, algo que me llamó la atención. Me pareció súper raro, obvio, por eso le escribí y lo llamé, hasta que me di cuenta de que me había bloqueado”, contó a Clarín uno de sus superiores.
Después de haber asesinado a Delfina, Mariani quiso atentar contra su vida por lo que fue derivado al Jackson Memorial Hospital y más tarde detenido en el mismo lugar.