Son las 11.00 am y hace mucho calor. Los vecinos de Cabín 9 esperan en la cola para entrar a la zona del suministro de agua. Aún no se ha colocado la media sombra pedida por los vecinos la semana pasada en la reunión que se mantuvo con las autoridades municipales. Además habían reclamado alcohol para rociarse las manos y poder cumplir con los protocolos.
Jonatan Duarte vive en el barrio y lleva 7 grandes bidones en un carro. “Esto te re cansa, la gente no puede venir a buscarlo”, comenta. Por cada viaje camina 7 cuadras porque la gente a la que le reparte los bidones viven en las últimas cuadras del vecindario. Comienza los recorridos desde las diez de la mañana y realiza 6 o 7 viajes diarios. Jonatan explica que hay aguateros que cobran 50 o 60 pesos por bidón, él cobra a voluntad y a veces le dan 100 pesos por dos bidones, pero lo que más le interesa es que la gente no se quede sin agua. “Es gente mayor, pero también hay gente que no quiere venir por el sol”, agrega.
El Ministerio de Salud de la Nación, en el marco de una ola de calor, hizo públicas unas recomendaciones para cuidar la piel, “evitar el golpe de calor, la deshidratación y otros problemas de salud”. A través de su página web el Ministerio recomienda que, con temperaturas mayores a 30º C es necesario prevenir el golpe de calor y el agotamiento por calor, que son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad o el esfuerzo físico intenso (ejercicios) en estos contextos.
“El changuito me lo dio una señora porque yo primero lo llevaba al hombro y eso me mataba, luego lo hacía con un cochecito y ahora con esto. Te jodes de la cintura... Yo cuido los bidones de la gente, porque se ven algunos que toman de la boca del bidón que después reparten... yo eso lo cuido”, apostilla. A veces, Jonatan ha visto a chicos de 10, 12 o 13 años repartiendo también el agua a la gente.
Norma García, es una señora mayor y se la ve arrastrando un carro grande destartalado, con dos ruedas que apenas funciona, porque el carro le toca mucho la rueda y se le hace pesado. Comentó que se lo prestan porque el que ella tenía se lo robaron el año pasado. “Vengo 3 o 4 veces al día. Le cargo agua a los demás y reparto para 50 o 60 familias. Me ayuda mi hijo, venimos siempre los dos. La gente me paga 50 pesos o por ahí me da 40 pesos y con eso tironeo un poco al mes. Para repartir casa por casa camino como 200 cuadras porque tengo que entrar lejos, bien adentro”, finalizó.
