Inka XV es un equipo de rugby inclusivo que nació en 2017 en el Neuquén Rugby Club, en donde a través del boca en boca se convocó a jóvenes y no tanto, interesados en practicar este deporte de una forma integradora. Lorena Tamborindegui, mánager del grupo, dialogó con Vía País en el marco del Día Mundial de Síndrome de Down.
Lorena es profesora de discapacidad visual y junto a otros miembros del club, presentaron la idea que buscaba replicar la de otros equipos de distintas partes del país. “De a poquito, entrenamiento tras entrenamiento se fueron sumando, dos, tres hasta hoy que somos 30 jugadores de los cuales 19 tienen certificado de discapacidad”, cuenta la referente del equipo.
Juegan hombres y mujeres desde los 15 a los 50 años. “Tenemos jugadores que tienen Síndrome de Down, Asperger, retraso madurativo, la mayoría tiene discapacidad intelectual”, agrega.
“Es un espacio distinto en donde no hay terapia, los papás no sienten que sus hijos son evaluados y que hay un informe. Este es un espacio de club social en donde se juntan con otros a jugar al rugby”, explica Lorena.
La pandemia de Covid-19 afectó actividades, rutinas, y el deporte no quedó exento. Durante los meses de encierro, que parecían no tener fin, Lorena junto a otros profesores continuaron acompañando y realizando actividades recreativas de forma virtual. “Cuando nos permitieron salir de a uno al aire libre, donde todo el mundo se convirtió en runner, un profe citaba a algunos de los chicos en un punto de encuentro y corrían en una pista media horita”, recuerda.
En 2021, les llegó el turno de recibir a distintos equipos en el encuentro nacional de Mixed Ability que se realizó en la provincia de Neuquén, un fin de semana de esos que sacuden el corazón y la cabeza, en donde el foco está en el encuentro con otros a través del deporte.
Luego de años de entrenamiento y esfuerzo, 12 jugadores fueron convocados a participar del Mundial de Rugby inclusivo que se llevará a cabo en Cork, Irlanda. “Nuestros jugadores jamás salieron del país, hay jugadores que no conocen un avión, es un gran desafío y lo que esperamos es poder lograrlo porque ahora tenemos que trabajar muchísimo para recaudar el dinero y poder cumplir este sueño”, contó Lorena.
Y agregó: “La mayoría de nuestros jugadores son de muy bajos recursos, por eso el Mundial es un desafío enorme por el alto costo, pero no perdemos las esperanzas de que mucha gente que está comprometida con la inclusión apueste a esto”.
Dentro y fuera de la cancha, los jugadores trabajan en equipo para generar ingresos que les permita viajar a Irlanda. Atienden un puesto de licuados naturales, organizan venta de empanadas, de pollo, de verduras, y todo lo que sea necesario para poder lograrlo.
El grupo lleva el nombre Inka que en mapuche significa “yo también”. “Yo también puedo decidir, yo también puedo jugar”, señala Lorena y agrega: “Es importante que la gente siga apostando por estos espacios en donde abrir cabezas y corazones. El rugby es una excusa, puede ser cualquier deporte”, concluye.
Para ayudarlos a cumplir su sueño, pueden comunicarse a través de Instagram @nrc_oficial y en Facebook Neuquén Rugby Club.
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