la Primera Cámara del Crimen condenó, tras un juicio abreviado, a Jesús Humberto Capuozzo, de 19 años de edad, a 16 años de prisión por dos de los cuatro delitos que fueron conjuntamente juzgados.
Fue hallado culpable por dos violaciones ocurridas en el parque Hipólito Yrigoyen (una de ellas con acceso carnal) y que le granjearon el apodo de “violador del parque”. En tanto, fue absuelto por otras dos causas que pesaban en su contra; hurto y robo agravado.
Las dos violaciones que se le imputaban a Capuozzo, que no tenía domicilio fijo al momento de los hechos –dormía en el restaurante abandonado, al lado del anfiteatro-, ocurrieron en el parque Hipólito Irigoyen.
La más sonada de las dos sucedió en febrero del año pasado. Abusó sexualmente de una joven de 22 años que interceptó mientras ella trotaba por calle Ameghino. La amenazó con arma –luego confirmada de utilería-, la llevó al ex Parque de la Salud, la desvistió y abusó sexualmente de ella. Tras la violación, le robó el celular y le arrojó el corpiño que previamente le había quitado, diciéndole; “Para que veas que no soy tan malo, te devuelvo el corpiño”. La joven fue, entonces, socorrida por un hombre en el Tenis Club.
Tres días antes había sorprendido a otra mujer, a quien –con la misma pistola de utilería- llevó amenazada (“Para disimular hacé de cuenta que somos novios”, le susurró) hasta un baño cercano al anfiteatro. Dentro, la manoseó, y eyaculó sobre su cuerpo. Posteriormente, le sustrajo el teléfono.
Capuozzo también estaba procesado por un asalto, cometido junto a un cómplice contra una pareja. Según el caso, tomaron a las víctimas por el cuello, los amenazaron con un arma de fuego y con una piedra y, seguidamente, les robaron la moto en la que se desplazaban. Minutos más tarde, la abandonaron.