En el marco del ciclo de humor “Sonrisas Solidarias” desarrollado en la sala Malvinas del departamento de Las Heras, este sábado se presentó el humorista oriundo de la localidad, Daniel Aye. El artista presentó su unipersonal “Historias de un mentiroso” donde presenta sus vivencias personales en pandemia.
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Durante el monólogo cuenta historias que forman parte de su vida como humorista, se explaya sobre aventuras con sus parejas, sus hijos, los amigos, sus viaje. El mensaje que se trasmite es que todo lo antes dicho puede ser una mentira.
“Es un espectáculo familiar abierto a todo el público, donde toco temas de actualidad y cómo tomarnos con humor esta pandemia, el confinamiento, no me meto con política ni ningún tema inapropiado. Mi espectáculo intenta que la gente se ría, se divierta, la pase bien, que por una hora -que es lo que puede durar el espectáculo por protocolo- se olvide de los problemas”, explicó el actor en su presentación.
Aye se expresó sobre las dificultades por las que están atravesando los artistas debido a la pandemia. “Los artistas siempre estamos acostumbrados a vaivenes del laburo, a veces tenés un montón, a veces nada, y con esta pandemia no pudimos poner del cuerpo a la situación de ninguna manera, no había manera de hacer un espectáculo aunque fuera para poca gente”, contó.
Y siguió: “Cuando se empezó a abrir, tratamos de buscarle la vuelta a lo que la gente vive en el encierro, para que eso sea gracioso, porque lo importante es cuando uno se empieza a reír de las cosas cotidianas. Entonces uno las convierte, las exagera, porque el humor es exagerar las situaciones para producir la risa. La tarea de los artistas -donde podamos estar- tanto en streaming como en presencialidad, es tratar de que la gente se olvide por un rato de lo malo y la pase bien en un lugar donde estén seguros y tranquilos”.
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Respecto a la apertura de espacios culturales, como salas y teatros, indicó: “El que se abran las salas, para los artistas, es una alegría enorme, porque sobre todo para el humorista, que no siente el ida y vuelta con el público es muy difícil, volver a que la gente esté presente, se ría, comparta con comentarios está buenísimo. Y realmente los teatros son los lugares más seguros para volver a la presencialidad, hay más controles, se cumplen las normas, la gente está con barbijo, en distintas butacas y filas. Hasta para el mismo artista, que está a una distancia considerable del público, tiene camarines separados, se puede trabajar tranquilo”, concluyó.