La semana pasada, Gina y Xelem, dos ligresas de La Rioja, comenzaron una nueva vida después de ser trasladadas a Entre Ríos, precisamente a Tekove Mymba, el único santuario de la Argentina. De esta manera, los ejemplares dejarán de ser una “atracción” en el ex zoológico y tendrán una rutina completamente diferente a la que estaban acostumbradas.
A través de su cuenta de Instagram, el activista Fernando Pieroni mostró el momento en el que prepararon “el viaje de sus vidas” y emocionó a miles de personas que luchan por la protección de los animales. Estas ligresas son una cruza entre león y tigresa, producto de la manipulación humana dentro de los zoológicos.
Estos ejemplares nacieron dentro del zoológico Yastay, en la ciudad de La Rioja hace unos 8 años. “Durante mucho tiempo fueron una ‘atracción’, hasta que la ciudad le dijo basta al zoológico y se cerró al público”, contó Pieroni.
“Ellas esperaron en su jaula durante mucho tiempo sin poder sentir algo tan simple como la textura del pasto en sus patitas, ya que su jaula solo era tierra y piedras. Hoy gracias a la suma de voluntades tanto del gobierno de la ciudad de La Rioja, la nueva dirección del ex zoológico (hoy centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre), la fundación Tekove Mymba y de gran parte de la sociedad, se pudo terminar con esa terrible realidad”, escribió el activista.
El rescatista aseguró que lo que pasó con Gina y Xelem tiene que servir “para que todos nos unamos y les demos lo que ellas merecen, una vida digna en un ambiente de semi libertad controlado por el humano”. “Este hermoso resultado debe tomarse de ejemplo de que cuando se quiere, se puede”, agregó.
Fernando aseguró: “Ya no quedan excusas válidas para justificar la tenencia de animales encerrados en pequeñas jaulas, ni ecoparques, ni bioparques. Estos lugares hay que reconvertirlos en centros de rescate y rehabilitación de nuestra fauna y los animales exóticos trasladarlos a santuarios para que pasen sus últimos años de vida tranquilos, sin ser exhibidos, explotados y lo más lejos posible del ser humano”.
Concretar el traslado de las ligresas no fue nada fácil. “En el camino luchamos contra miles de trabas, tanto del estado, de algunas organizaciones ‘animalistas’ y de personas que aún quieren seguir lucrando con los animales, pero aún así jamás nos rendimos”, enunció el hombre.
Por último, Pieroni dijo que aún muchos animales esperan ser trasladados de sus pequeñas jaulas, “pero sin una unión colectiva y decisión política todo esto va a ser muy difícil. Seamos más animales y menos humanos”, concluyó.