El escalofriante caso de la red de corrupción de menores de la que participaba Marcelo Corazza, el ganador de Gran Hermano que fue detenido el pasado lunes. El destape de esa banda, donde también se allanaron y detuvieron a otras tres personas, dio cuenta de las metodologías de captación y de cómo eran llevados de Misiones a Buenos Aires.
El caso volvió a poner en el centro de la escena la situación del grooming en la Argentina. Esto de daba porque los adutos involucrados en la causa que terminó con la detención de Corazza junto con Francisco Rolando Angelotti (46), Andrés Fernando Charpenet (53) y Raúl Ignacio Mermet (45).
Todos están bajo la acusación de corrupción de menores que quedó a cargo del juez Javier Sánchez Sarmiento, titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional 48. A todos ellos se les acusa “haber conformado una organización destinada a reclutar menores y mayores de edad en situación de vulnerabilidad, con el fin de someterlos a la práctica de relaciones sexuales y la explotación sexual sin su consentimiento, ya fuere por intercambio de dinero o por satisfacción personal o de terceros”.
Una de las formas en las que se jactaban de hacerlo era a través de salas de chats. En una de las conversaciones que se dieron a conocer en las últimas horas, se conoció que Charpenet le contó a Angelotti que se metió en una aplicación donde conoció a un joven que aparentaba no haber terminado el colegio.
En ese marco, la alerta por el grooming volvió a estar presente en padres y madres. Esta práctica se define como el acoso sexual de una persona adulta a una niña, un niño o un adolescente por medio de internet, donde el Código Penal establece una pena de prisión entre seis meses a cuatro años.
De acuerdo a un informe de Save The Children, señaló que en una encuesta sobre casi 400 jóvenes en España: uno de cada cinco de los encuestados ha sufrido este tipo de acoso y el 15% en más de una ocasión. De media, la primera vez que sufrieron esta violencia fue con 15 años.
Cuáles son las principales frases que usa un acosador a través de Internet
- La creación de un vínculo de confianza. En muchos casos a través de sobornos o engaños el agresor contacta con la niña o niño y establece el vínculo de confianza. Para ello normalmente finge otra edad, muy cercana a la de la víctima. Además, puede que el abusador haga regalos, empatice a un nivel profundo con los niños y niñas haciendo que escucha sus problemas y aproveche esa información para chantajear después.
- El aislamiento de la víctima. En esta fase el agresor persigue arrancar la red de apoyo natural del menor (familiares, amistades, docentes, etc.) dejándolo desprotegido. De esta manera insiste en la necesidad de mantener todo en secreto.
- La valoración de los riesgos. El agresor tiende siempre a asegurar su posición, así que suele preguntar a la víctima si alguien más conoce su relación e intenta averiguar quién más tiene acceso al ordenador o dispositivo que utiliza el menor.
- Conversaciones sobre sexo. Una vez se siente con confianza, el abusador empieza a introducir conversaciones sexuales de manera paulatina. Busca que la víctima se familiarice tanto con la temática sexual como con el vocabulario.
- Las peticiones de naturaleza sexual. Este es el objetivo principal del online grooming. En esta última fase el criminal utiliza la manipulación, las amenazas, el chantaje o la coerción para que la víctima le envíe material sexual, relate fantasías sexuales o la relación culmine con un encuentro físico.
Qué recomiendan los expertos para prevenir el grooming
Ante este tipo de casos, los especialistas advierten que lo mejor es la prevención de los adultos con los niños. En ese sentido, apuntan a que los chicos tengan conocimiento sobre lo que puede sucederles. Según señaló Save The Children, remarcaron que “lo más indicado es intervenir en la educación en positivo a niños, niñas y adolescentes”.
“En primer lugar, es necesaria una educación afectivo-sexual, que forme a los más jóvenes en materia de sexualidad, y al mismo tiempo es importante la formación en un uso seguro y responsable de las herramientas digitales”, señala la ONG.
Y agregan: “Es esencial tener en cuenta que especialmente en el online grooming el engaño es lento y no hay consentimiento del niño o niña, no son conscientes de lo que les ocurre, y no tienen las herramientas adecuadas para defenderse. Nunca podrá ser culpa de ellos”.