Días atrás se viralizó un video que registró el vergonzoso enojo de un hombre de Estados Unidos en pleno vuelo. ¿El motivo? Un bebé a bordo lloraba desconsoladamente. El escenario es muy común, como también lo es el malestar del entorno. Pero, ¿por qué es tan difícil ponerse en el lugar de esos padres? ¿Qué debemos aprender? Al respecto, Vía País habló con María Villarreal, licenciada en Obstetricia.
“A muchos adultos en general nos cuesta empatizar con madres y con padres -sobre todo con madres- de niños, ya sea en un restaurante, un avión o un paseo y es por desconocimiento. La mayoría, probablemente antes de tener hijos, crecemos creyendo que los niños que hacen berrinches son malcriados o no tienen límites. Lo que muchas veces no sabemos es que los berrinches son parte del crecimiento, principalmente en niños de dos o tres años”, explica.
Pero que pasa cuando el llanto no es por “berrinche”, qué pasa cuando el llanto proviene de un bebé de meses: “Muchos desconocen que los bebés lloran para expresar cualquier tipo de emoción: si tienen frío, calor, si algo les molesta... Es normal y saludable, claro, hasta cierto punto: si llora mucho y desconsoladamente problablemente le esté pasando algo, pero por supuesto ese bebé no necesita un reto y mucho menos el fastidio de la gente, ese bebé necesita atención”.
Lejos de lo que muchos creen calmar al niño casi nunca depende de la voluntad de sus progenitores. Habrá otros factores y, sin dudas, se debe dar por descontado que los padres están haciendo todo por cambiar su estado.
“Tenemos que entender que no somos omnipotentes. En esta era en que conseguimos todo a un solo click y que si el delivery que iba a llegar en 20 minutos llega en 22 nos empezamos a fastidiar, es muy difícil tolerar el llanto de un bebé que no se resuelve con un click, que no se resuelve con dinero”, señala Villarreal. Y detalla: “Hay que estar ahí, poner el cuerpo, poner la mente, estar disponible, empatizar y gestionar nuestras propias emociones. Pero aún así manteniendo la calma, cantando, meciendo, puede ser que el niño no se calme, no en lo inmediato”.
Sin embargo, más allá del tiempo que demore obtener resultados, que los padres mantengan la calma es fundamental para ayudar a que el niño “empiece a gestionar sus emociones”. “Como adultos tenemos que aprender que eso es normal, tenemos que aprender a lidiar con la situación. Muchas veces la angustia, la frustración del padre o madre cuando el bebé no se calma tiene que ver con nuestra propia angustia infantil y vivencias como niños y niñas”, recomienda la licenciada.
Qué deben hacer los pasajeros ante el llanto de un bebé
Como en casi todas las situaciones de la vida, la respuesta a priori es simple: ponerse en el lugar del otro, empatizar. Así lo explica Villarreal: “Lo fundamental es mostrar comprensión, tratar de ayudar a la calma de los padres, demostrar que no los juzgamos, que los entendemos, demostrarles que sabemos que es algo normal lo que están viviendo. Empatizar con esos mapadres y transmitirles calma, eso es esencial”.
La licenciada también sugiere que bien se le puede ofrecer ayuda de algún tipo: alcanzar un vaso de agua a esos padres o cantarle al bebé, leerle o incluso tenerlo a upa, siempre con el consentimiento de los padres y su supervisión.
“Si uno se encuentra en una situación con niños llorando está bueno preguntarse que emoción me produce: ¿es enojo, es angustia? En las redes sociales vemos tanta sonrisa, tanta alegría que nos olvidamos de que las personas también lloran y que está bien. Si me angustia, está bien, significa que estoy empatizando. Lo que está mal, claramente, es enojarse. En lugar de enojarme puedo sentarme y llorar también y no está mal, todos lloramos”, analiza.
También dice que es importante que los progenitores, en especial aquellos que transitan las primeras experiencias de este tipo, sepan que “con el tiempo sabrán decodificar el llanto y que no siempre es fácil”. “A veces se trata de una canción, a veces se trata de caminar un poquito con el bebé -siempre que las condiciones lo permitan- y, muchas veces, será cuestión de esperar”, subraya.
Recomendaciones para viajes con bebés o en embarazos
Villarreal recomienda siempre preguntar a los pediatras antes de emprender un viaje y repasa que, por lo general, se tiene en cuenta el esquema de vacunación y las condiciones de ese niño: si fue prematuro o no o si tiene alguna situación de salud que considerar. También los motivos del viaje, si es por trabajo o vacaciones.
En caso de las personas embarazadas, quienes viajen al lado deberán saber que estas pueden tener más necesidad de ir al baño. “Las personas gestantes deben orinar, no aguantarse porque además de la incomodidad eso puede generar una infección urinaria. Además, puede tener edemas en manos y pies (hinchazón) así que van a necesitar caminar un poco más”, indica.
Acerca de hasta cuándo es recomendable que una persona gestante viaje señaló que las condiciones que se tienen en cuenta son: si es embarazo simple o múltiple, si es de alto riesgo, cuál es el medio de transporte y cuántas horas de viaje esperan, entre otros.
- Se puede viajar en avión sin certificado médico en vuelos de hasta tres horas hasta las 34 semanas.
- Se puede viajar en avión sin certificado en vuelos de más de tres horas hasta las 32 semanas.
- En embarazo gemelar puede ser menor el tiempo de embarazo recomendado.
- En micro se debe consultar a las empresas.
- Siempre preguntar qué servicios médicos tienen disponibles en el viaje.
- Tener en cuenta la accesibilidad a un baño limpio y seguro.
- Hay casos en los que están contraindicados viajes de más de dos horas: amenaza de parto pretérmino, amenaza de aborto o si se ha roto la bolsa.