Se dedicaba a la pastelería y estudió gastronomía, pero cuando le detectaron celiaquía su mundo quedó al revés. Se replanteó pero no dejó la profesión que ama y empezó a cocinar en el patio de su casa.
Es que, como le contó Mariela a La voz de Cataratas, su cocina estaba contaminada de gluten, ese producto que la enfermaba. Creyó que no podría trabajar más porque no puede tomar contacto con el gluten que cuenta: "Empiezo a brotarme y a la media hora me descompongo".
Viene bien el testimonio de Mariela Silguero, a quien todos conocen como "La Poro" porque en esta semana se conmemoró el Día del Celíaco, fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud que la población sepa que debe hacerse estudios para detectar la enfermedad que afecta a una de cada cien personas en el mundo.
Se reconoce dulcera y por eso comenzó a cocinarse cosas dulces. "Si algo me salía subía a facebook y ahí la gente empezó a comentar y a preguntarme cosas. En ese momento noté que eran muchos los que estaban en un situación igual a la mía y se me ocurrió pensar en la idea de vender lo que hacía", relató.
Habló con Gladis Gorgues, titular del programa de celiaquía de la municipalidad, quien la orientó sobre cómo tener su empresa de comidas libre de gluten. Hoy en Vicen-Tina se pueden encontrar desde panes hasta milanesas con papas fritas, todo lo que puede haber en la vida cotidiana de una persona que consume gluten,
Logró que el Ministerio de Salud de la provincia aprobara su empresa. Cuando se cumplen todos los requisitos te aprueban la cocina y después se registran cada uno de los alimentos. Cada alimento tiene un número de registro y es analizado para saber si contiene gluten. Recién después de eso los puedo comercializar.