René Vallejos, un joven oriundo de la localidad de Colonia Victoria, se convirtió en parte integrante del Regimiento de Granaderos a Caballo, prestando servicio en Casa Rosada. Sus compañeros de escuela le decían que sería “un borracho más”, pero René demostró que con superación, fortaleza y perseverancia, los sueños se pueden cumplir.
“Me decían que iba a ser un borracho más, pero hoy con orgullo soy un soldado de San Martín”, dijo emocionado René Vallejos. “Es un orgullo inmenso pertenecer al Regimiento de Granaderos, más para nosotros que somos gente humilde. Yo vengo de una familia muy humilde, somos 10 hermanos”, contó René. Además, indicó que su padre es agricultor y su madre es ama de casa.
Cuando tan solo era un pequeño, recuerda que tenía una maestra que les inculcó a él y a sus compañeros de grado, el orgullo por las canciones y los símbolos patrios. “Siempre cuando nos ponían, siempre se me caían las lágrimas y no podía cantar. Siempre tuve la visión de ser militar, de ser parte de la fuerza. Siempre le decía a mis compañeros que iba a vestirme de verde, ser militar”, enfatizó con orgullo.
Pero no todo fue color de rosas para René. Había quienes creían que él no lograría cumplir su sueño, y pensaban que sería uno más del montón. Rememora a aquellos que le decían que sería “un borracho más del barrio” o un “tarefero más”. Pero no lograron su cometido, porque René jamás desistió.
A sus tan solo 17 años emigró a Buenos Aires para rendir el ingreso. En esa oportunidad no fue convocado. Al año siguiente, una nueva presentación reavivó los deseos y la emoción. “Me inscribí en Posadas, en Apóstoles, en Puerto Iguazú y Bernardo de Irigoyen, la cuestión es que de esos cuatro lugares, ninguno me llamó”, sonrió.
Pero tras cuatro convocatorias con resultados negativos, llegaron las buenas nuevas. René jamás se rindió. La quinta convocatoria llegó, anunciándole su presentación en la capital provincial. “Le comenté a mi mamá y ella me preguntó qué iba hacer… le dije que no me iba presentar porque papá se quedó sin trabajo. Allí mi madre me dijo -mientras yo y tu padre estemos vivos, vos no te preocupes y andá-”, recordó.
Y si algo más tenía preparada la vida para sorprender a René fue que el pasado 25 de enero cumplió otro de sus sueños: ser escolta de la Bandera Nacional durante el acto de Carta de Presentación, en Casa Rosada, donde se contó con la presencia de 20 embajadores internacionales.
Lleno de dicha y emoción, lo primero que realizó ese día fue enviarle una foto a su madre y a su maestra. “La verdad que sin ellos, que siempre me hablaron, era un orgullo estar parado ahí rodeado de tantas autoridades importantes del mundo. Es un orgullo inmenso y lo quiero compartir con todos los misioneros”, comentó emocionado en diálogo con Verano en Misiones.
Sobre su día a día, indicó que es una “gran responsabilidad” porque no tienen margen de error. Son la seguridad presidencial y, por ende, su escolta.
Con sangre y corazón misioneros, René Vallejos porta con orgullo su uniforme e insta a todos aquellos jóvenes de la provincia a cumplir sus sueños. “Hoy soy soldado de la Patria, soldado de San Martín y estoy muy orgulloso de ser misionero”.
Porque los sueños se hicieron para cumplirse. Y René Vallejos es el ejemplo viviente de ello.
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