Una de las grandes preocupaciones en los últimos meses fue el fuerte aumento que recibieron los pasajes de avión no solo para destinos internacionales, sino también para los locales. Después de lo que significó el parate por la pandemia, en los últimos tres años se registraron fuertes aumentos en las cifras.
Un informe elaborado por Focus Market señaló las fuertes problemáticas que se encuentra en uno de los sectores más castigados por la pandemia, a pesar de la fuerte ayuda que significó el Previaje en todas sus ediciones.
Lo cierto es que las diferencias cambiarias como la alta inflación que sufre la Argentina puede servir como una oportunidad para abrir el país al mundo en materia turística. Sin embargo, las estadísticas marcan que el turismo receptivo (turistas no residentes arribados al Aeropuerto internacional de Ezeiza y de Aeroparque Jorge Newbery) cayó considerablemente respecto a 2019 con un 45,7%.
Según, la dirección General de Inteligencia de Mercado con los datos de Aeropuertos Argentina 2000, mostró un fuerte descenso en las frecuencias de los vuelos. Los internacionales cayeron un 50 % frente a 2019 previo a la Pandemia y los de cabotaje han sido un 34% menos, marcando un fuerte descenso en la actividad turística.
Un dato también relevante que refleja la actividad internacional en el turismo argentino: en 2022 quedaron sólo 29 aerolíneas para vuelos internacionales, frente a las 42 que había previo a la pandemia. En tanto, para los vuelos de cabotaje en 2019 había 7 operadoras y ahora solo quedan 3.
“Argentina se ha convertido en uno de los países del mundo más proteccionistas en materia turística. Ha encarecido con impuestos los vuelos al exterior por parte de los Argentinos. Por su parte, la falta de previsibilidad económica y reglas de juego claras que se retiren del mercado local varias aerolíneas internacionales. A su vez, menos argentinos viajando por el mundo implica un menor flujo de vuelos y conexión internacional para que más turistas extranjeros puedan visitar nuestro país favoreciendo una balanza turística superavitaria por un tipo de cambio muy conveniente hacia el turismo receptivo”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora.
El efecto de la inflación y la alta tasa de impuestos que tienen los pasajes
Otro de los grandes problemas que afronta la Argentina, es la inflación. En ese sentido, en el 2019 un pasaje para EE. UU. costaba 530 dólares, mientras que el mismo boleto aéreo tiene un valor de 570 dólares (se tomo en cuenta un dólar para el 2019 de $60 y $375 para el 2022) mostrando así un aumento en dólares de 7.5% en 4 años. Es decir, los pasajes de vuelos internacionales han aumentado en dólares.
Para el caso de los vuelos nacionales observamos que, un vuelo de cabotaje hacia Bariloche tenía un precio de $1.500 en el 2019, mientras que para el 2022 este mismo boleto tenía un costo de $13.700 y si vemos un vuelo hacia Mendoza notaremos que este paso de $1300 en el 2019 a $12.200 en el 2022; mostrando así aumentos en pesos de 813% y 838% respectivamente. Para ambos casos se tomaron los precios piso promedio de los vuelos más económicos para los recorridos seleccionados.
La sobrecarga tributaria que tiene un boleto aéreo en nuestro país generá un encarecimiento de un 112%. Según el índice Amadeus 2022 de competitividad de la Asociación Latinoamericana de transporte Área (ALTA) detalló la carga de impuestos de un boleto aéreo internacional en Argentina comparado con países como Perú con un 18%, Bolivia 14%, Ecuador 12%, Uruguay 7%, Colombia 5% y hasta Chile y Brasil sin carga de impuestos.
En ese marco, Di Pace señaló que “no solo deterioramos nuestra balanza turística, sino que la política económica tiene como fin no sólo evitar que los Argentinos usen los dólares escasos del Banco Central, sino que incorporan tasas y nuevos impuestos con afán recaudatorio”, respecto a los nuevos impuestos que se involucraron en los pasajes de avión.