Juan Román Riquelme y Sebastián Battaglia son sinónimos de Boca. Sin embargo, mantienen criterios diferentes y la tensión sería cada vez más evidente. Esta mañana estuvieron juntos viendo a la reserva.
El mundo Boca sigue transitando unas aguas que no conocen la calma. Desde el episodio con la reunión en el vestuario, bajando del micro a los futbolistas, la relación entre el entrenador y el vicepresidente quedó cortante.
Si bien el presente futbolístico del “Xeneize” pareciera más sólido, el futuro es pura incertidumbre. El contrato de Battaglia finaliza en diciembre y hasta el momento no hubo ningún ofrecimiento formal de renovación.
En la bolsa de desagrados y desacuerdos, Battaglia estuvo viendo el triunfo de la Reserva ante San Lorenzo, rodeado por Riquelme, Marcelo Delgado y Raúl Cascini.
Podría ser un gesto de unión como también una presión ante la mirada tan negativa como pública sobre los casos recientes de Riquelme con el primer equipo. Mientras tanto, el porvenir de Battaglia sigue siendo hermético.