Hacía falta una Maravilla así, para romper el maleficio de Instituto. Con pocos goles en el torneo y apenas en un triunfo en Alta Córdoba, donde su gente volvió a completar las tribunas para respaldar al equipo de Lucas Bovaglio y al propio entrenador. Y lo hizo a los 47 minutos del segundo tiempo, por la anotación de Adrían Martínez para el 1 a 0 sobre Colón de Santa Fe.
De este modo el Albirrojo volvió a la victoria después de cuatro largas fechas, desde aquel 1 a 0 sobre Vélez, y tomo aire también en los promedios, por la fecha 16 de la Liga Profesional. Sufrió hasta el final ante el Sabalero, y el festejo fue un desahogo.
El gol de Maravilla, el artillero de la Gloria, cortó una racha de 270 minutos sin convertir por parte del conjunto de Alta Córdoba. Y para su quinto gol en Instituto, el segundo en condición de local y el primero en el Monumnetal (el otro fue ante Newell’s en el Kempes).
LA EMOTIVA DEDICATORIA DE MARAVILLA A UN PEQUEÑO HINCHA DE INSTITUTO
Al final y con el desahogo del triunfo de Instituto en Alta Córdoba, Adrián Martínez fue de los últimos en retirarse del campo de juego, entre tantos saludos. Y hubo uno muy especial, de un niño hincha del Albirrojo y en silla de ruedas.
El delantero lo hizo ingresar al campo de juego, y se arrodilló a su lado para una fotografía juntos. Ante el aplauso de los hinchas. Maravilloso, como el rostro del pequeño que se iluminó con una sonrisa.
EL REZO DE ADRIÁN MARTÍNEZ PARA VOLVER AL GOL
“La verdad que era un partido muy exigente, ya habíamos tocado fondo, no veníamos convirtiendo goles en varios partidos y era tratar de dejar todo hasta el último minuto”. La síntesis de Adrián Martínez, autor del 1 a 0 para Instituto.
Maravilla también destacó el respaldo de la parcialidad Albirroja. “La gente canta todo el partido, se re contra siente el aliento, pero veníamos de varios partidos sin poder ganar, el anterior perdimos muy mal. Gracias a Dios pudimos romper esa racha y estamos muy contentos”.
Y fue toda la fe por la última bola, que le dio los tres puntos a la Gloria. “Es difícil tener una explicación porque el equipo es el mismo, las ganas son las mismas; yo creo en Dios y dije ‘parece que tiene algo esta cancha no puede ser que del año pasado a los delanteros le cuesta hacer gol’. Me atreví y vine a la cancha y dije este partido se hace un gol. No iba a perder la fe porque sabía que Dios siempre respalda”.