Se iba el partido y Belgrano, atrincherado en cercanías de su área, soportaba los embates de un Instituto herido que quería el empate. Y vino el cabezazo del ingresado Catriel Sánchez que hizo correr un sudor frío en las tribunas repletas del Gigante, en tiempo cumplido. Y atajadón de Nahuel Losada.
“¿Si se festejó como un gol? Tengo esa sensación porque incluso primero hubo un silencio y después de la atajada se sintió el alivio. Hacía unos partidos que no ganábamos, algo a lo que no estábamos acostumbrados. Jugamos una verdadera final”, remarcó una de las figuras del triunfo de Belgrano.
“Es una inyección anímica importante, nos enfrentamos al segundo y jugamos con la tranquilidad de ser el líder. Lo hicimos como se hace un clásico. El equipo desde que arrancó me transmitió seguridad”, añadió el arquero.
“La recta final es la más difícil porque todos te quieren ganar. Me costó muchísimo llegar acá, me acomodé y quiero demostrar que estoy para cosas importantes, quiero hacer historia acá” enfatizó Losada, quien fue de menor a mayor y hoy es indiscutido en Alberdi.
Para el Luifa
“Es muy valorable lo del Luifa Artime de haber estado en la cancha tras el fallecimiento de su madre. La vieja nos ayudo desde arriba, queríamos darle esa alegría, jugamos para su familia”, afirmó Losada, sobre el particular momento del presidente de Belgrano.
Y se ganó el clásico con un gol a medias entre Pablo Vegetti, Alejandro Rébola y Roberto Bochi (en contra). “Al Tanque no le podes dejar una en el área, el rebote le dio el beneficio a Ale (Rébola) de empujarla. Pero ya estamos trabajando pensando en Quilmes, le estamos poniendo el pecho a las balas”, resumió Losada.
