Empatar con Villa Dálmine como local le dejó a Instituto el sabor a derrota y al técnico Lucas Bovaglio la certeza de que tenía que darle un golpe de timón para rencauzar la marcha en el tramo decisivo de la Primera Nacional. Y lo hizo, cambiando piezas y recuperando la fisonomía del Instituto que pelea arriba.
“Estoy muy conforme con la victoria porque Almirante Brown es uno de esos rivales que no pierde como local, y porque se consiguió con autoridad. Más allá de que la ventaja se consiguió por un penal, fuimos superiores en el primer tiempo, lo fuimos en el segundo, e hicimos los méritos suficientes para llevarnos los tres puntos”, remarcó el técnico Albirrojo.
“Valoro el triunfo porque sirvió para terminar con la racha de cuatro partidos sin sumar de a tres, porque había que cortar ese mal momento. Pero además de la victoria, destaco que el equipo reaccionó, demostró que está vivo y justificó el resultado”, añadió.
La Gloria volvió al puesto de escolta de Belgrano, al menos hasta este lunes, en que San Martín de Tucumán visita al Deportivo Riestra. Y Bovaglio sabe que cada paso de los que viene se deben dar con firmeza: “Ganar es un envión anímico y será estimulante en esta recta final en la que hay que llegar en la mejor forma posible”.