Luis Pérez fue condenado a prisión perpetua, acusado de asesinar a su expareja Melisa Moyano, durante la madrugada del 31 de enero de 2021, en Jesús María. El acusado nunca asumió que había ejercido violencia ni manifestó arrepentimiento. Incluso, el testimonio más crudo fue de su hermana, quien aseguró que era una persona violenta.
El tribunal encabezado por el juez Mario Capdevila Mario, más los vocales Luis Nassiz y José Pueyrredón, junto a los jurados populares, encontraron a Pérez culpable de los delitos de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, por violación de domicilio, y por dos hechos de abuso sexual simple.
El acusado nunca admitió el crimen
Pérez pidió declarar durante la penúltima audiencia para señalar que nunca había ejercido violencia en contra de su pareja, según detalló La Voz. En esa oportunidad, pidió que oficie de testigo su hija, quien aseguró que la última vez que vio a Melisa fue en 2016, cinco años antes del crimen.
La abogada Julieta García Gómez, del estudio de Carlos Nayi, patrocinó como querellante a la familia de Melisa y confirmó al medio antes mencionado su falta de arrepentimiento: “En una audiencia se tomó el tiempo para negar ese contexto violento, pese a que la prueba era contundente sobre ese extremo. La conclusión es que él no tenía el mínimo atisbo de arrepentimiento. Hasta hoy no es consciente de que todo lo que le hizo a Melisa ha sido violento”.
Desde que permanece preso en Bouwer, no se sometió a algún tipo de tratamiento ni se capacitó.
La propia familia de Pérez lo tildó de violento
En la primera audiencia del juicio, su excuñada y su propia hija mayor brindaron contexto a la violencia sistemática que había instalado en la vida de sus allegados y familiares.
De hecho, el peor testimonio que se brindó a lo largo de las cuatro audiencias que duró el juicio fue uno que sucedió con una hermana de Pérez, quien declaró que, en una oportunidad, la que golpeó tanto que hizo que se orinara encima.