Después de mediados de mes, la visita al supermercado se ha vuelto un verdadero calvario para aquellos que dependen de un salario fijo. Es que los precios, que subieron muy fuerte en 2016, siguieron trepando este año a un ritmo que, según los propios supermercadistas, apenas se detiene.
"Siguen llegando los aumentos habituales, a los que ya nos hemos, lamentablemente, acostumbrado", dijo a este diario Víctor Palpacelli, vicepresidente de la cámara que agrupa a los supermercados en Córdoba. En referencia a las grandes industrias formadoras de precios, Palpacelli explicó que las subas son "del orden del 5, 6 y hasta el 10 por ciento".
El dirigente dijo que, puntualmente, llegaron nuevas listas de lácteos, y de tres líneas de productos que maneja una de las grandes alimenticias. En ese combo con nuevos precios están las yerbas, las harinas y los fideos.
Consultados los supermercadistas respecto de las razones que esgrimen las empresas, hablan del aumento en los costos fijos derivado de las subas en las tarifas de la energía eléctrica, del gas y en el aumento de los costos de logística y transporte.
Por su parte, el vocero en Buenos Aires de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), Fernando Aguirre, dijo el lunes que han recibido fuertes subas, en especial de las alimenticias. “No hay ninguna justificación para que la industria proveedora haya aplicado este ajuste”, lamentó detallando que uno de los rubros que más aumentó fue el de bebidas gaseosas.
VENTAS BAJAS. "El problema de que sigan los aumentos no sería tan grave si no siguiera acompañado por una baja en las ventas que se sigue acumulando", razonó Palpacelli. En este sentido, el dirigente habló de una "situación límite" y una "honda preocupación" especialmente porque "cada se hace más difícil sostener la estructura". Consultado respecto del pago del aguinaldo, dijo que será "un problema poder pagar en término en la actual situación".