Mayo de 1977, en Estados Unidos, la gente concurría a los cines para ver Star Wars, el tercer largometraje de George Lucas, un director que les proponía a los espectadores un novedoso viaje al espacio exterior, tema que había sido central en la década anterior y que culminó con la llegada a la Luna, el 20 de julio de 1969.
En su estreno, New York Times la consideró “un cuento de hadas intergaláctico, con un presupuesto de 8,5 millones de dólares”, en su edición del 25 de mayo de 1977.
Tras el estreno de su secuela, El Imperio Contraataca, en 1980, la revista Variety ya destacaba que los efectos creados por George Lucas eran “demasiado imitados por otros”.
Así comenzaba la saga de Star Wars, que 40 años después amenaza con volverse interminable, con todo el riesgo que eso implica: la cosa puede arruinarse innecesariamente y por culpa de la codicia.
La película, de la que poco se sabía entonces, llegó a la Argentina a mediados de diciembre de ese 1977, con el título de La Guerra de las Galaxias y también fue recibida con curiosidad por la crítica y el público.
El impacto, por lo menos en la Argentina, se sintió fuerte entre los más chicos, pertenecientes a una niñez que por primera vez en la Historia podía decir “cuando sea grande quiero ser astronauta”.
Entre esa generación de niños estaba Julio Nieva, uno de los soportes del grupo Fanáticos de la Guerra de las Galaxias, que pasaron por nuestra redacción, ataviados como los principales personajes de la saga.
Precisamente, Julio es el hombre adentro del traje de Darth Vader, el villano más marketinero de toda la Galaxia, hay que decirlo.
Entre bromas y especulaciones a cerca de quién morirá en el Episodio VIII, Julio, Analía, Marcelo, Fabrizio, Gastón y Miyén se calzaron sus trajes, para luego entrar a la redacción del diario, en plan de conquistar la Galaxia periodística.
“Los trajes de Darth Vader y Chewbacca son réplicas originales, traídas de los Estados Unidos”, comenta Julio, antes de calzarse el casco del temible Vader, que en este grupo ejerce el rol de líder.
Más allá, en la mesa de edición, de reojo mira Yoda, el Maestro, que hojea un Día a Día con cara de "¡quién esto escribió!".
La revolución que causaron los protagonistas de Star Wars en una de estas tardes, en nuestra redacción se pueden apreciar en video.
¡Que vuelva! Tras la incursión por la redacción y ya "de civil", Julio resaltó la importancia de aquel estreno de 1977 y recordó el impacto que causó en él, ver esa primera película.
Pero hoy es hoy y le preguntamos qué piensa de esta nueva era de Star Wars, bajo la tutela de la Disney.
“Nunca estuve de acuerdo con Disney. Lo que pasa es que para mí Star Wars van a ser los episodios viejos, IV, V y VI, que son de la época nuestra”, asegura sin dudarlo.
“Empezó bien y terminó bien, pero después, cuando la agarró Disney era obvio que lo hizo para lucrar, para hacer plata, sabiendo que esto era un tesoro.
A partir de ahora van a hacer todo tipo de películas con Star Wars y eso es como que lo ‘quema’... ya cansa. Ya lo distorsionaron”, cierra.